Montoro, ¿dónde está el Tesoro?

A los cotizantes —palabra fea e insólita— nos han dado un nuevo tirón en el bolsillo; el Gobierno decide pagar la extra de los pensionistas con 3.500 millones del fondo de reserva y otros 6.000 sacados de un préstamo pedido al Tesoro Público. Este organismo —El Tesoro— se supone que nos debe dar algo de tranquilidad a los españoles, y sin embargo yo cada vez que escucho la palabra tesoro no puedo evitar la imagen de Montoro vestido de Long John Silver en mi cabeza, con su pata de palo, su loro al hombro y su parche en el ojo, dispuesto a desperdiciar hasta el último doblón.

No vayamos a equívocos: antes de seguir, aclaro que para mí garantizar el pago de las pensiones debe ser una prioridad. Creo que pagar impuestos sirve para tener un país más digno y mejor, y desconfío de quien prefiere que cada uno se la busque como pueda, porque contradice el principio de justicia social. El problema en esto, como tantas veces, es el cómo se hacen las cosas. Me resulta chocante —por no decir algo peor— que este Gobierno que se jacta de ser un gran gestor económico haya vaciado la hucha de las pensiones. En 2008, aún con Zapatero, había más de 57.000 millones en el fondo de reserva. Tres años después, desalojado ZP de La Moncloa por su inacción ante la crisis, el montante estaba alrededor de los 65.000 millones. Hoy quedan 11.600, y de no haber pedido el préstamo, quedarían 5.600. Ni Rajoy, ni Montoro, ni Báñez querían ver la hucha vacía, y por eso han pedido el préstamo que vamos a pagar todos, este no lo perdonarán.

Lo más preocupante es que el fondo de reserva para las pensiones se está vaciando porque los gobiernos del Partido Popular no han metido ni un solo euro en él desde que llegaron en 2011. Mientras tanto, se han dado por perdidos más de 60.000 millones de euros que se destinaron a rescatar entidades bancarias. Ya dijo De Guindos que era un préstamo a los bancos “en condiciones favorables”. Una vez más se van sin pagar, y ya se frotan de nuevo las manos con la inminente privatización de Bankia, ahora que ya puede dar de nuevo beneficios. Ustedes me dirán.

Mi padre es pensionista. No se lo he preguntado, pero seguramente no le preocupa de dónde ha sacado el Gobierno los euros para darle la paga extra de verano, lo más probable es que ni se haya enterado de todo el follón. Lo justo es que todas esas personas, que se han partido la espalda durante toda su vida para que nosotros vivamos con más comodidades, al menos no tengan que sufrir porque su única fuente de ingresos peligra. Los pensionistas de hoy pensaron de la manera más optimista —porque se lo dijo Felipe González o Aznar o Adolfo Suárez— que sus hijos iban a estar mucho mejor de lo que ellos estuvieron nunca. Y les angustia ver que todo ese sudor, toda esa hiel dejada para garantizar un país mejor igual no ha sido suficiente por culpa de unos gestores públicos corruptos e irresponsables. Me suena a coña lo del Tesoro.