El último adiós a tus seres queridos puede ser ecológico y sostenible
El esparcir las cenizas de un familiar en un entorno natural conlleva diversos trámites y permisos
Una empresa ofrece en Méntrida una forma sostenible y conciliada con el medioambiente para esparcir o plantar un árbol con las cenizas
Llega el día de Todos los Santos, un evento muy señalado en el calendario para todos aquellos que han dicho adiós a sus seres queridos, una fecha para recordar que se repite cada primero de noviembre.
Este momento también puede ser celebrado de una manera más especial cuando sabemos que hemos hecho bien las cosas, que hemos enterrado a un familiar de una forma consciente, sostenible y congraciada con el medioambiente.
Y es que el despedir a los seres queridos también conlleva un impacto ambiental, por lo que este acto también puede realizarse de una manera ecológica, tranquila y especial, por ejemplo, eligiendo un árbol y un sitio que represente a quien dices adiós por última vez.
Dónde se incinera más
En este contexto, es pertinente saber que España se encuentra entre los 20 de países con mayor tasa incremental de incineraciones. Según datos del INE y con un informe realizado por la Asociación de Servicios Funerarios (Panasef) para 2025 se estima que las incineraciones a nivel nacional superen una media del 60%. En los últimos años, algunas capitales de provincia como Málaga, Madrid o Sevilla han superado ya el 70% de incineraciones.
Y, según el último estudio elaborado por SigmaDos para el Observatorio de los servicios Funerarios, el 75,6% de la población, es decir, tres cuartas partes se muestran de acuerdo con que los cementerios puedan ser grandes parques abiertos al público, como un espacio alternativo de paseo, meditación y ocio al aire libre, una zona más amable en la que depositar las cenizas en un entorno natural.
De hecho, a su manera, incluso las propias cenizas tienen impacto en la naturaleza. Al producirse una incineración se emiten óxidos de carbono, dioxinas y otros agentes contaminantes. Por lo poco que se sabe, las emisiones procedentes de la cremación sobre todas las emisiones nacionales es insignificante (menos del 1%).
Dónde esparcir las cenizas
Pero, siempre hay que tener en cuenta que la normativa española establece que es legal esparcir las cenizas de un difunto en lugares públicos, pero siempre y cuando esto no represente un peligro para la salud pública ni se viole la legislación ambiental local.
En este sentido, hay que señalar que las leyes varían en función de las comunidades autónomas y que también en cada municipio pueden establecerse normas y restricciones que se deben consultar antes de proceder al esparcimiento de cenizas.
Igualmente, se pueden esparcir esas cenizas en un lugar privado, pero se debe contar con el permiso del propietario del terreno, como es lógico.
Informarse antes
Siempre es fundamental consultar las normas correspondientes porque no se pueden esparcir las cenizas de un difunto de cualquier manera y no tener problemas en este último adiós. Existen ciertos requisitos y restricciones que debemos tener en cuenta:
- Las cenizas no se esparcen directamente sino en un recipiente biodegradable homologado.
- No se pueden esparcir las cenizas en la vía pública o en parques públicos.
- Es posible dividir las cenizas para esparcirlas en varios lugares diferentes.
- Salvo que la normativa local especifique lo contrario, está permitido esparcir las cenizas en espacios naturales como el campo, el bosque, el monte o el mar.
Aunque, en principio, es posible esparcir las cenizas de un ser familiar o un ser querido en un espacio natural, es fundamental que, antes de hacerlo, haya que solicitar los permisos pertinentes.
Ojo con las cenizas en el mar
Si se opta por esparcir cenizas en el mar, la montaña o cualquier entorno natural, es vital que la urna cineraria esté certificada como biodegradable. De lo contrario, el impacto de las cenizas en la naturaleza será notable.
O más bien, de los materiales imperecederos que se abandonan junto a ellas en el medio natural. En el puerto de Barcelona se han llegado a recoger más de 600 urnas metálicas. Lo mismo que ha sucedido a orillas del río Guadalquivir en su paso por Sevilla o en los alrededores de la aldea de El Rocío. De ahí que algunos ayuntamientos hayan prohibido específicamente su esparcimiento en entornos naturales.
Más estricta es la normativa sobre el esparcimiento de los restos de la incineración en el mar. La Organización Marítima Internacional (OMI), un organismo de la ONU aprobó en 1983 el llamado Convenio Marpol, en el que las cenizas humanas son consideradas contaminantes. Debido a esto, deben ser vertidas lejos de la costa. En concreto a unas 3 millas (5 kilómetros).
Sanciones por esparcir cenizas
Se pueden esparcir las cenizas de un difunto en el lugar que se elija, pero siempre que se cuente con los permisos adecuados, no sólo cuando se trata de espacios públicos, sino también cuando se trata de espacios privados.
La mejor manera de obtener esos permisos es a través de una compañía funeraria autorizada, pues suelen ocuparse de todos los trámites legales. También podríamos solicitar dicho permiso por nuestra cuenta, pero tendríamos que dirigirnos al organismo competente en cada caso, por lo que deberíamos informarnos previamente.
La normativa de protección del medioambiente es muy restrictiva en cuanto a esparcir cenizas en lugares públicos. Si no se hace correctamente, podría suponer un delito ecológico grave, al ser considerado un vertido no autorizado de residuos. Esto está sancionado con una multa por esparcir cenizas en España que puede ascender hasta los 750 euros.
Alternativa ecológica
En este sentido, Recordarium, el Bosque del Recuerdo, nació hace dos años como la primera alternativa legal y ecológica al columbario tradicional, en Méntrida, a 35 minutos de Madrid capital.
Es el primero creado en un espacio rústico, que ha tenido que ampliar terreno y cuenta con más de 15 hectáreas para el recuerdo de los seres queridos.
Se trata de «un entorno seguro, legal y natural para depositar las cenizas procedentes de la incineración que contribuye a la reforestación del espacio, una manera de decir adiós completando el ciclo de la vida», añaden desde Recordarium.
Elegir un árbol autóctono
Según la empresa, «son muchas las familias que ya han celebrado la despedida de sus más allegados, plantando sobre las cenizas que se biodegradan en la tierra, diferentes tipos de árboles, que crecerán y darán frutos a la vez que son símbolo y memoria de los difuntos que a sus pies descansan, integrados ya con la naturaleza».
De este modo, con el último adiós, las cenizas darán vida a encinas, olivos, viñedos, madroños, sauces, almendros, granados, olmos… que se plantarán cerca de dos lagos, una dehesa y de diversas plantaciones de especies autóctonas. Todo un escenario en el que se pueden vivir todas las formas de despedida, religiosas o no, que las familias deseen.