La lana castellanomanchega se convertirá en abono ante la falta de compradores
Castilla-La Mancha publica una resolución para que este producto de las ovejas se incorpore en los procesos de compostaje
Los propios ganaderos podrán hacer uso de este estiércol o venderlo para ser usada como fertilizante para la agricultura
La lana de oveja ha pasado en pocas décadas de ser un bien muy preciado en España a convertirse en abono, para dejar de ser un problema ambiental, ya que no tiene salida industrial a causa de la competencia internacional.
Una resolución de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de la Comunidad de Castilla-La Mancha ha dado luz verde para que este producto natural se incorpora a los procesos de compostaje como alternativa de uso.
En la disposición se explica que el problema de la lana de los excedentes de lana no sólo es un problema de Castilla – La Mancha, es un quebradero de cabeza muy frecuente para las ganaderías europeas.
Rechazo del mercado
Los promotores de esta norma recalcan que en las últimas campañas, «gran parte de las ganaderías europeas no tienen compradores interesados en la lana producida en sus rebaños, países como Australia, Nueva Zelanda o China son capaces de vender su producto ya hilado en frontera».
Esto ocasiona que la lana producida en España, en las últimas campañas, se haya convertido en un producto de rechazo sin aplicación industrial ni valor económico, llegando al paradigma de que ni siquiera la entrega gratuita tiene cabida en el mercado.
Cúmulo de vellones
Esta situación de cúmulo de vellones en todo el territorio nacional ocasiona problemas de espacio y unas consecuencias económicas derivadas por tener que eliminar este subproducto.
Los ganaderos buscan soluciones a la lana para resolver problemas de espacio y ambientales, ya que al dejar grandes cantidades en la naturaleza, el abrigo natural de las ovejas se convierte en un residuo que no tiene una fácil degradación.
Gracias a esta normativa, se va a permitir en las explotaciones de ganado ovino de Castilla-La Mancha que se mezcle la lana producida en la propia explotación con el estiércol, también producido en la misma.
Material biodegradable
La misma resolución regional indica que «la lana es un material fibroso biodegradable, no presenta, per se, ninguna partícula contaminante y al descomponerse genera materia orgánica».
Afirman que aporta algunas propiedades a la mezcla con el estiércol, que resultan en una mejora de este, como el acolchado, una mayor capacidad de regulación térmica y capacidad para absorber humedad.
Sin embargo, su descomposición es más lenta que la del estiércol, «por lo que se hace necesario establecer un sistema controlado de incorporación a fin de que se integre la mezcla correctamente», indican.
Un proceso natural
El compostaje es un proceso natural, que comienza a producirse en el mismo momento que se almacena materia orgánica al aire libre, ya que es fruto de la degradación aeróbica de la materia orgánica por parte de la microflora presente en el ambiente y en los propios sustratos.
Advierten que «no se debe confundir un registro de planta de compostaje con lo que significa la degradación natural de una materia prima que siempre da lugar a un compost, no pudiendo denominarse esta materia como compost de forma comercial, si no cumple los requisitos de planta de compostaje exigidos en la legislación Sandach (normativa de subproductos animales no destinados al consumo humano)».
Aplicación sobre el terreno
Así, las condiciones indican que la mezcla para hacer abono con la lana de la oveja se mantendrá entre tres y seis meses en fase de compostaje, la lana se incorporará en capa horizontal sobre el estiércol en el propio terreno de la explotación.
La capa a aportar no podrá tener un grosor mayor de 40 centímetros y deberá cubrirse a continuación con estiércol. «La incorporación anual no superará el 10 por ciento del volumen total de estiércol y su aplicación en tierra solo podrá darse dentro del territorio de Castilla-La Mancha», detalla la orden.
Nutrición sostenible
La aplicación de esta enmienda estará sujeta a lo establecido en el Real Decreto 1051/2022, de 27 de diciembre, por el que se establecen normas para la nutrición sostenible en los suelos agrarios.
La resolución también recoge que en caso de brote de enfermedad o de cualquier otra circunstancia que incida en la sanidad animal, este uso alternativo quedará prohibido mediante la correspondiente resolución al efecto.
El principal beneficio de esta normativa es que, al mezclar la lana con el estiércol, ésta deja de ser un residuo que antes no se podía utilizar como abono y ahora sí, una vez mezclada tal como indica la resolución, lo que hace posible que los ganaderos la puedan utilizar para uso propio o venderla para ser usada como fertilizante para la agricultura.