España podría perder hasta un 7 % de turismo a causa del cambio climático, según BBVA Research
El territorio más perjudicado por la crisis climática sería Baleares y que Asturias se posicionaría como la más beneficiada
El cambio climático podría alterar el patrón estacional y geográfico del turismo en España, según el informe
Las conclusiones de un informe del BBVA Research apuntan a que España podría perder hasta un 7 % de turismo por el cambio climático a causa del aumento de la temperatura global previsto de aquí a fin de siglo.
El informe también advierte que el territorio más perjudicado por la crisis climática sería Baleares y que Asturias se posicionaría como la más beneficiada.
«El turismo, sector crucial para la economía española, también es vulnerable a los efectos del cambio climático», apuntan sus autores, explicando que las variaciones en la temperatura, los patrones de precipitación y la frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos pueden afectar profundamente a la demanda turística y al atractivo de los destinos.
Efecto en el PIB
Tanto es así que esta dinámica, afecta también al PIB dado que esta actividad aporta un 11,6 % y da empleo al 9,3 % de la población, la demanda turística y el atractivo de los destinos.
El estudio realizado analiza el impacto de las condiciones climáticas actuales en la demanda turística de las provincias españolas, según los distintos tipos de turismo, así como los efectos potenciales de futuros cambios climáticos bajo escenarios alternativos de concentración de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI).
Según los autores, la relevancia de la relación clima-turismo en España es doble. En primer lugar, el turismo es una de las principales
actividades económicas, representando el 11,6 % del PIB y el 9,3 % del empleo en 2022, y en segundo lugar, la demanda turística
presenta una marcada estacionalidad en España, con un pico en verano y una alta concentración en el turismo extranjero que busca
sol y playa.
Efecto negativo
Según el informe de BBVA Research El impacto del cambio climático en la demanda del turismo en España, el efecto neto a largo plazo sobre el turismo sería negativo, dependiendo su magnitud del escenario de aumento en la temperatura considerado. Al mismo tiempo, también identifica que «surgen oportunidades que podrían garantizar la resiliencia del sector turístico en España».
El análisis de BBVA Research revela que un mayor confort climático se asocia a un aumento de los flujos turísticos mensuales, con diferentes efectos según el tipo de turismo prevalente en cada provincia. En España, las zonas costeras son las más sensibles, en particular las de la costa mediterránea y las islas, seguidas de las provincias costeras del norte y del turismo de montaña y naturaleza, mientras que las zonas urbanas apenas se ven afectadas por los cambios en las condiciones climáticas.
Incidencia en la demanda turística
A futuro, BBVA Research considera que el cambio climático se convertirá en un factor determinante de la distribución estacional y geográfica de la demanda turística en España.
Para finales de siglo, los resultados revelan un claro patrón norte-sudeste en los cambios de la demanda de turismo de playa, donde las provincias costeras del norte se benefician de los cambios en el cambio climático y las del sur y este perderían demanda turística, especialmente en escenarios de elevado calentamiento global. El impacto sobre el turismo urbano es menos pronunciado.
En un escenario de cero emisiones netas, se espera que el impacto del cambio climático sobre el turismo sea mínimo (con un descenso de la demanda del 0,3 % en 2100 frente al periodo 2024-2030).
Escenarios favorable y severo
Pero, a medida que aumenta la temperatura esperada para final de siglo, el impacto negativo se vuelve más pronunciado, particularmente en los meses de verano, cuando el calor extremo puede disuadir a los visitantes de los destinos tradicionales.
Así, en un escenario de emisiones futuras de CO₂ bajas a moderadas, compatible con un aumento de temperatura de 2,8 °C en 2100 respecto a los niveles preindustriales, la disminución neta del turismo en España también sería relativamente pequeña (-0,6 %), si bien los impactos diferenciados a nivel provincial ya serían visibles.
En el escenario de calentamiento más severo, con un aumento de temperatura de 4,8 °C a finales de siglo, se prevé una reducción significativa en la demanda turística, con una disminución neta de aproximadamente el 7 % en 2100 respecto al periodo 2024-2030.
Efectos en el Mediterráneo
Los efectos esperados son más pronunciados en el Mediterráneo y la costa sur, como las Islas Baleares, que podrían reducir la demanda turística en verano un 60 %, con una recuperación parcial en otoño en el escenario más adverso.
Esto llevaría a una disminución neta anual de alrededor del 27 %. Mientras tanto, las provincias del norte y los destinos naturales podrían beneficiarse de este cambio en la demanda, lo que resultaría en un aumento del turismo, especialmente en temporada alta. El mayor incremento de la demanda se observa en Asturias, casi un 7 %.
Mejor en primavera
El estudio también destaca el potencial de desestacionalización del turismo, con la primavera convirtiéndose en una temporada especialmente favorable para los viajes.
Como el calor extremo del verano desalienta los viajes a los destinos tradicionales, la primavera podría convertirse en una temporada más popular para los turistas.
Además, este cambio podría ayudar a aliviar la presión sobre el turismo de verano, siempre que esté respaldado por las medidas políticas necesarias y la inversión en infraestructuras necesaria.
Diversificación y resiliencia
«Para mitigar los efectos adversos, la industria turística debe adaptarse promoviendo los viajes fuera de temporada alta, desarrollando infraestructuras sostenibles y diversificando las atracciones turísticas más allá del turismo de playa para garantizar la resiliencia a largo plazo del sector turístico español», apuntan los autores
En resumen, el estudio de BBVA Research pone de manifiesto los retos que plantea el cambio climático para el sector turístico español, en particular para las zonas turísticas de playa tradicionales del sur del Mediterráneo.
Aunque se espera que el impacto global futuro sea negativo, el potencial de desestacionalización y diversificación regional también ofrece oportunidades de crecimiento económico.
Viajes fuera de temporada
Entre las conclusiones y las recomendaciones del estudio, sus impulsores explican que «para mitigar los efectos adversos el sector turístico debe adaptarse fomentando los viajes fuera de temporada, desarrollando infraestructuras sostenibles y diversificando las atracciones turísticas más allá del turismo de playa para garantizar la resistencia a largo plazo del sector turístico español».
Metodología para medir el impacto
Para medir el impacto del cambio climático en la demanda turística, el análisis se basa en dos índices climáticos clave: el Índice Climático Turístico (ICT) y el Índice Climático de Vacaciones (ICV) analizando factores como la temperatura, la humedad y las precipitaciones para evaluar la idoneidad climática de las regiones para las actividades turísticas.
Para ello, todas las variables climáticas se clasifican en función de diferentes umbrales, con una metodología aditiva, en la que las ponderaciones de las variables climáticas se calculan en función de los umbrales.
La diferencia entre ambos índices radica en los distintos umbrales y pesos asignados a cada variable. Mientras que el ICT es la medida más utilizada, el ICH se diseñó para ser especificado para los principales segmentos turísticos y tipos de destinos: de playa y urbanos.