Cáncer

Cuidado con el plástico de color negro, es más tóxico de lo que se creía

El plástico de este color está siendo utilizado en utensilios de cocina y juguetes con un compuesto altamente perjudicial

Utensilios de cocina de plástico negro
Utensilios de cocina de plástico negro
Antonio Quilis Sanz
  • Antonio Quilis Sanz
  • Periodista especializado en información medioambiental desde hace más de 20 años y ahora responsable de OKGREEN en OKDIARIO. Antiguo director de El Mundo Ecológico y colaborador en temas de medioambiente, ecología y sostenibilidad en Cadena Ser.

Un nuevo estudio ha descubierto que el plástico de color negro que habitualmente se utiliza en multitud de objetos cotidianos puede contener niveles alarmantes de retardantes de llama tóxicos que se estarían filtrando desde los productos electrónicos durante el reciclaje.

Este material, el plástico negro, es uno de los elementos muy comunes que puede encontrarse en el día a día, como por ejemplo en juguetes para niños, recipientes de comida para llevar, utensilios de cocina o bandejas para alimentación.

El estudio, publicado en la revista Chemosphere, fue realizado por Toxic-Free y el Instituto de Ámsterdam para la Vida y el Medio Ambiente en la Universidad Libre de Ámsterdam en el que advierte que, cuando se reciclan los plásticos de este color y de esta procedencia, sus componentes pueden colarse en objetos de uso cotidianos.

El trabajo, titulado De los desechos electrónicos al espacio habitable: los retardantes de llama que contaminan los artículos del hogar aumentan la preocupación sobre el reciclaje de plástico, señala a los retardantes de llama bromados (BFR) y organofosforados (OPFR), que «se utilizan comúnmente en productos eléctricos y electrónicos en altas concentraciones para prevenir o retardar el fuego».

Retardantes de llama

El estudio advierte que «los problemas de salud relacionados con los retardantes de llama (FR) incluyen carcinogenicidad, alteración endocrina, neurotoxicidad y toxicidad reproductiva y del desarrollo».

Los retardantes de llama bromados (BFR) son particularmente preocupantes debido a su toxicidad, persistencia y tendencia a bioacumularse.

Varios de ellos están asociados con problemas de salud humana, como la carcinogenicidad, la alteración endocrina, la neurotoxicidad y toxicidad reproductiva y del desarrollo.

Artículos domésticos

Señalan que, a nivel mundial, la falta de transparencia relacionada con las sustancias químicas en los productos y las restricciones limitadas en el uso de FR en la electrónica han llevado al uso y la difusión generalizados de sustancias nocivas.

A pesar de la falta de transparencia y las restricciones, los plásticos de los productos electrónicos a menudo se reciclan y se pueden incorporar en artículos domésticos que no requieren retardantes de llama, «lo que resulta en una exposición potencialmente alta e innecesaria», explican sus autores.

Este estudio buscó determinar si los productos domésticos de plástico negro vendidos en el mercado estadounidense contenían retardantes de llama emergentes y si, al ser gradualmente eliminados, el tipo de polímero era predictivo de contaminación.

plástico negro

Alta presencia

Se analizaron 203 productos en busca de bromo (Br) y productos que contenían menos de 50 partículas por millón de Br en busca de BFR, OPFR y polímeros plásticos (por ejemplo, acrilonitrilo, butadieno, estireno, poliestireno de alto impacto o polipropileno).

La preocupación vino cuando se encontraron estos retardantes de llama en el 85 % de los productos analizados, con concentraciones totales de FR que alcanzaron los 22.800 mg/kg.

Los FR detectados incluyen el compuesto restringido deca-BDE, que se utilizó ampliamente en carcasas de productos electrónicos, así como sus sustitutos decabromodifenil etano, tribromofenoxi y triazina, junto con el compuesto asociado tribromofenol, detectado recientemente en la leche materna.

Utensilios de cocina

La conclusión es que los plásticos que se utilizan habitualmente en productos electrónicos (a base de estireno) contenían niveles significativamente más altos de retardantes de llama que los plásticos que se utilizan con menos frecuencia en productos electrónicos (polipropileno y nailon).

La estimación de la exposición al compuesto BDE-209 a partir de utensilios de cocina contaminados indicó que los usuarios tendrían una ingesta media de 34.700 ng/día, lo que supera las estimaciones de ingesta a partir del polvo y la dieta.

«La detección de retardantes de llama en productos domésticos recolectados indica que el reciclaje, sin la transparencia y las restricciones necesarias para garantizar la seguridad, está dando lugar a una exposición inesperada a retardantes de llama tóxicos en artículos domésticos», señalan los investigadores.

Coche infantil

Peligro para los niños

Megan Liu, autora principal del estudio, aclara a la CNN que «un producto con uno de los niveles más altos de retardantes de llama fueron las cuentas de monedas de piratas de plástico negro que usan los niños. Se parecen a los collares de carnaval, pero son más para disfraces».

La autora principal del estudio, Megan Liu, gerente de Ciencia y Políticas de Toxic-Free Future, un grupo de defensa del medioambiente, cuenta que este producto en particular «tenía hasta 22.800 partes por millón de retardantes de llama totales, eso es casi el 3 % en peso», señala Liu. El peligro es que «los niños a menudo juegan con juguetes varios días seguidos hasta que se cansan de ellos».

Los retardantes de llama más peligrosos que el estudio encontró en los productos de consumo son los mismos que se utilizan en las carcasas electrónicas de los televisores y otros aparatos electrónicos, según Liu.

Errores de reciclaje

«Parece que los plásticos utilizados para fabricar los productos de consumo estaban contaminados con retardantes de llama debido a errores en el reciclaje de los residuos electrónicos», advierte la investigadora.

Otro ejemplo que se señala en productos de consumo, es el de una bandeja de plástico negro para sushi, que «contiene 11.900 partes por millón del retardante de llama éter de decabromodifenilo, o decaBDE para abreviar. Esa sustancia química pertenece a la clase de retardantes de llama de los éteres de difenilo polibromados, o PBDE».

El estudio recuerda que las personas con los niveles más altos de PBDE en sangre tenían aproximadamente un 300% más de probabilidades de morir de cáncer que las personas con los niveles más bajos, según un estudio de abril de 2024.

Cocina
Utensilios de cocina

Espátulas y cucharas

En 2021, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos prohibió por completo el decaBDE tras vincularlo con cáncer, problemas endocrinos y tiroideos, de desarrollo fetal e infantil, función neuroconductual y toxicidad del sistema reproductivo e inmunológico.

A pesar de esas restricciones, se encontró decaBDE en el 70% de las muestras analizadas, en niveles que oscilaban entre cinco y 1.200 veces superiores al límite de la Unión Europea de 10 partes por millón, asevera Liu.

Basándose en la exposición a utensilios de cocina de plástico negro contaminados, como espátulas y cucharas ranuradas, los investigadores del estudio calcularon que una persona podría estar expuesta a un promedio de 34,7 partes por millón de decaBDE cada día.

Presencia preocupante

«Fue especialmente preocupante que se encontraran retardantes que ya no se deben utilizar», explica la toxicóloga Linda Birnbaum, exdirectora del Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental y del Programa Nacional de Toxicología.

«Recomendaría no utilizar plástico negro como material que entre en contacto con alimentos ni comprar juguetes con piezas de plástico negro», afirma Birnbaum.

Dispositivos electrónicos con FR

Según el sitio web del American Chemistry Council, los dispositivos electrónicos que utilizan retardantes de llama como forma de prevenir incendios son comunes en los hogares de Estados Unidos.

La organización señala que «en un hogar promedio hay más de 20 productos electrónicos, entre ellos televisores, teléfonos inteligentes, computadoras, sistemas de juegos y tabletas. Estos dispositivos están integrados en nuestra vida cotidiana, pero podrían representar riesgos de seguridad adicionales si no fuera por los retardantes de llama».

Los fabricantes también utilizan retardantes de llama en sofás, sillones reclinables, sillas de oficina, tapicería de automóviles, asientos de automóviles para bebés, relleno de alfombras, colchonetas de yoga acolchadas con espuma y artículos acolchados para bebés.

A partir de ahí, los retardantes de llama pueden «filtrarse de los productos al aire y luego adherirse al polvo, los alimentos y el agua, que pueden ingerirse», según el Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental.