Soy profesor de autoescuela y esto es lo que debes hacer si llevas un coche pegado detrás de ti
No respetar la distancia de seguridad tiene consecuencias peligrosas.
Advertencia de la DGT a los que conducen de noche.
¿Es legal conducir con abrigo?
Cuando se conduce, existen pocas cosas menos confortables que tener detrás pegado de forma permanente a otro vehículo, sin que se vaya a respetar la distancia de seguridad.
Hablamos de una actitud de gran peligro, ya que si se produce alguna clase de imprevisto, habrá que dar un frenazo, lo que harán será multiplicar las posibilidades de que ese conductor imprudente nos vaya a golpear por detrás.
¿Cómo evitar que un coche se pegue a ti?
Respecto a este tema, lo cierto es que Annie Winterburn es una profesora de autoescuela que nos va a explicar de qué forma actuar con la necesaria seguridad cuando nos veamos en esta situación.
Lo mejor es no dar frenazos bruscos. De esta forma, si el coche que tienes pega un frenazo tendrás sitio suficiente para frenar de manera progresiva, no de golpe, para que el impaciente que tengas no te empotre.
Más en profundidad
Si se entra de manera más profunda en las medidas, lo que dice Winterburn «debes dejar al menos una distancia de dos segundos, en carreteras secas, entre tu coche y el vehículo que tienes delante. Esta distancia se duplica a cuatro segundos en carreteras mojadas y es diez veces mayor en carreteras heladas. Diez veces la distancia son 20 segundos», ha concluido.
La importancia de la distancia de seguridad
Entre los aspectos que más insiste la DGT, está la reducción de los accidentes, con especial incidencia en la distancia de la seguridad. El hueco entre el coche que nos precede y nosotros, nos va a permitir frenar con la debida seguridad sin que impacte con el vehículo que llevemos delante cuando sea preciso.
Cuando estemos en condiciones normales, a noventa kilómetros por hora, el coche va a recorrer 50 metros en dos segundos. Hablamos de bastante distancia en escaso tiempo, lo que va a aumentar conforme más rápido vayamos a circular.
A todo esto se le suma el tiempo de reacción de un conductor normal, lo que va a depender del estado psicofísico y que llegará a ser de un par de segundos.
Todo ello va a afectar al estado del vehículo, tanto a nivel de suspensiones como en cuanto los frenos y neumáticos, puesto que vas a necesitar casi sesenta metros para detenerse totalmente desde los noventa kilómetros por hora.
Si todo va como debe y los conductores reaccionan a tiempo, la distancia de seguridad respecto al coche de delante de cincuenta metros va a evitar un accidente en la mayor parte de los casos.
Pensemos que sobrará la mitad del espacio entre los coches con mucha probabilidad. Si falla algo, cincuenta metros pueden quedarse cortos.
A noventa kilómetros por hora, se van a tardar un par de segundos en el recorrido de cincuenta metros, cuando el conductor tardará un segundo en reaccionar y ya se habrán recorrido veinticinco metros extra y cuando el coche no tenga un buen mantenimiento se puede incluso alargar hasta diez o quince metros más.
Por lo tanto, después de que se recorran setenta y cinco metros en tres segundos, el vehículo va a precisar de como mínimo setenta metros para poder detenerse si hay frenada de emergencia. Van a ser ciento cuarenta metros.
Más sobre la distancia de seguridad
En este sentido, debemos saber que la distancia de seguridad como tal no se produce porque haya manías o multas, se busca evitar accidentes. Buen motivo de ellos son las distracciones, puesto que los conductores no van a estar atentos a las carreteras, por lo que no reaccionarán a tiempo.
Tampoco se deja la distancia de seguridad ni se va a desplazar a una velocidad adecuada, donde los accidentes por alcance van a ser el pan de cada día.
La norma general de la Dirección General de Tráfico
La DGT recomienda que se dejen cincuenta metros de margen entre los vehículos. Al no tener la mente un metro para realizar las medidas, es bastante útil que un autobús mida doce metros, por lo general, lo que nos puede valer de referencia.
Cuanto más rápido vayamos, mayor amplitud deberá haber entre los vehículos.
Siempre apostar por la seguridad
La conducción debe ser segura y esto no es solo es fruto de preocupación para las autoridades del tráfico, también para nosotros los conductores. Por todo ello, es necesario que todos pongamos atención y respetemos una serie de normas donde la prudencia es vital.
No hay que jugársela y ante otros conductores que adopten conductas ilegales o susceptibles de peligro, hay que intentar obviarlas y, por supuesto, no pretender ponernos a su altura. Así que ya sabes, esperemos que todo esto sea de utilidad en tu conducción diaria.