Seat 600 frente a Seat Mii, la comparativa ¿Imposible?
Probar un coche que cumple ahora 60 años, el Seat 600, y que se dejó de fabricar en 1973, frente a otro, el Seat Mii, que está en los concesionarios de la marca y que atesora toda la tecnología que cabe en un modelo urbano del siglo XXI parece una idea imposible.
Pero ante ideas imposibles, nada mejor que la imaginación. Los responsables de Seat han conseguido lo más difícil todavía, se han ido a su museo, han sacado los Seat 600 (los cuatro modelos , el “N”, el “D”, el “E” y el “L” y alguno más, la versión de cuatro puertas, el Seat 800, y algunos incunables, que aunque no se produjeron en serie, son el orgullo del museo) y los han enfrentado en varias pruebas, las más llamativas, un slalom, una prueba de frenada en mojado y un círculo sobre asfalto regado, al Seat Mii, el urbano que abre la gama de la marca española.
Es evidente que la comparativa no podía ser un “de tú a tú”, ha sido una prueba en la que se ha podido comprobar cómo ha evolucionado el automóvil en 60 años, una comparativa imposible, en un escenario que también cumple años en estas fechas, el Circuito del Jarama.
Haber podido rodar con los Seat 600 es algo que el que firma este texto no había hecho nunca, y son muy pocas las marcas que se han atrevido a hacer cosas parecidas (por cierto los responsables del museo de Seat tenían una cara que reflejaba angustia y orgullo y no por igual exactamente). Una iniciativa que toda la Prensa ha acogido con una gran sonrisa porque rememorar el Seat 600 y hacerlo tocándolo, conduciéndolo, palpándolo es algo que a nadie puede dejar indiferente.
La prueba de frenada en pavimento asimétrico y rodar en mojado fue tal vez la experiencia estrella, el Seat 600 evidenció su rápida disposición a cruzarse cuando frenamos a tope con una rueda en seco y otra en mojado y el Seat Mii demostró su mágica manera de controlar la misma situación sin inmutarse ni hacer sufrir al conductor, tan solo notamos en el pedal de freno la vibración típica del ABS.
El círculo, rodar sobre un cemento liso y regado, fue tal vez lo más divertido. El Seat 600 es un “todo atrás”, motor y tracción traseras, con muy poco peso en el morro, es decir un cóctel perfecto para hacer trompos sobre mojado porque en seco el 600 es un coche con una tendencia muy acusada a “levantar las patas” e incluso volcar, los responsables de Seat no dudaron en sacar las mangueras, como era lógico. Con el Mii hacer el círculo fue también divertido, apenas hay que contravolantear, entran en acción todas las ayudas y el coche, aunque corto entre ejes es muy noblote y se controla con total facilidad.
El slalom con un Seat 600 es una experiencia compleja, más si el tamaño del conductor es grande. El volante al gusto de la época, es decir muy delgado y con un diámetro enorme, se te “hace bola” en cada uno de los giros y hacer malabares, si queremos exigir algo del pedal de aceleración, se torna en algo divertido pero donde no hay que arriesgar. Hay que recordar que el ancho del 600, 1,15 metros, y su tendencia al vuelco es especialmente mayor en escenarios de cambios bruscos de dirección.
Por el contrario, el slalom con el Seat Mii es algo natural, es un coche esencialmente urbano , hecho para moverse ágil por la ciudad, en situaciones de cambios rápidos de carril. Su corta distancia entre ejes facilita estas maniobras, la suave dirección las hace aún más sencillas y la respuesta del motor firma un comportamiento de lujo en los zigzag.
Esta original comparativa sirve para darnos cuenta de que los coches urbanos han evolucionado hasta extremos impensables hace 60 años, incluso hace una década no preveíamos que coches de menos de 10.000 euros atesorarían la cantidad de tecnología que abunda en este modelo de Seat.
El Mii se ofrece con dos motorizaciones de gasolina, una de 75 y otra de 60 caballos de potencia y una tercera que combina el CNG (Gas Natural Comprimido) con la gasolina y que eroga 68 CV. Este modelo es uno de los más interesantes de la oferta urbana de Seat.
En este escenario entre divertido y nostálgico, la marca aprovechó para presentar el modelo diseñado en colaboración con la revista Cosmopolitan, también en sus tres motorizaciones, incluida la de gas. Una coqueta versión con un color específico.
El CNG parece que ha venido para quedarse, es en términos absolutos el combustible que menos poluciona, al menos hasta que la producción de energía eléctrica se consiga contaminando menos el ambiente a través de una captación sostenible de la luz solar, la fuerza de las mareas o la potencia del viento.
El precio del kilogramo de CNG está por debajo de un euro pero equivale aproximadamente a 1,5 litros de gasolina en cuestiones de eficiencia. Si un urbano de estas características consume alrededor de los 4,5 litros de gasolina cada 100 kilómetros la equivalencia en GNC serían 3 kilogramos, es decir menos de tres euros cada 100 kilómetros, un Madrid – Barcelona podría quedarse en unos 20 euros.
El Seat Mii Ecofuel apenas tiene diferencias de prestaciones con los motores de gasolina y su consumo es más que sorprendente, de los más económicos del mercado. Además tener un coche de estas características supone tener la calificación ECO de la Dirección General de Tráfico, lo que supone que puede circular por las grandes ciudades incluso con las restricciones medioambientales más fuertes. Otro beneficio de optar por la motorización de GNC es que los coches con esta tecnología tienen una reducción del 50% en las zonas de estacionamiento regulado.