Palo de la DGT: multas de 200 euros a los conductores por hacer esto con las luces del coche
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Cada vez son más los aspectos que los conductores deben tener en cuenta para circular conforme a la normativa vigente, y uno de los más olvidados (pero igual de importantes) es el uso adecuado del sistema de alumbrado del vehículo. La Dirección General de Tráfico (DGT) ha puesto el foco en este tema y ha reforzado sus sanciones para aquellos que no cumplan con la normativa sobre iluminación, especialmente en condiciones en las que es imprescindible para la seguridad de todos.
¿La consecuencia de no hacerlo? Una multa de 200 euros. La DGT insiste en que esta medida busca reducir accidentes que se podrían evitar fácilmente. La falta de visibilidad ha sido una de las principales causas en siniestros viales en los últimos años, especialmente en carreteras secundarias, vías poco iluminadas o durante fenómenos meteorológicos adversos, como la niebla o las lluvias torrenciales. No encender las luces en estas situaciones equivale a circular prácticamente invisible.
¿Por qué es tan importante el uso correcto de las luces del coche?
El sistema de iluminación de un vehículo es uno de los pilares fundamentales de la seguridad vial y tiene una doble función: permitir ver y ser visto. Sin un alumbrado adecuado, el conductor pierde visibilidad sobre la carretera y, lo que es igual de grave, otros usuarios no pueden detectar su presencia con facilidad. Por ello, tanto de noche como en condiciones donde la visibilidad se reduce, es obligatorio encender las luces.
La DGT establece que hay que encender las luces de cruce desde la puesta hasta la salida del sol, pero también en múltiples contextos durante el día. Entre ellos destacan:
- Túneles, pasos subterráneos o zonas con visibilidad reducida: aunque sea de día, en estos entornos la luz natural no es suficiente para garantizar una conducción segura.
- Carriles reversibles o con sentido contrario al habitual: en estos casos, llevar las luces encendidas ayuda a alertar de nuestra posición y dirección.
- Condiciones meteorológicas adversas: en situaciones de lluvia intensa, niebla espesa, nevadas o incluso polvo en suspensión, las luces de cruce permiten mantener una visibilidad aceptable.
- Durante el día, cuando la visibilidad se reduce de forma notable: esto incluye tormentas repentinas o amaneceres y atardeceres con cambios bruscos de luz.
Aunque pueda parecer una norma básica y evidente, muchos conductores no encienden las luces en situaciones que lo requieren. Por ejemplo, al atravesar túneles cortos, algunos piensan que no es necesario porque el tramo es breve, pero la normativa exige el uso del alumbrado incluso en túneles de pocos metros.
También durante el día, en casos de lluvia intensa, muchos creen que con los limpiaparabrisas es suficiente, olvidando que sin luces el vehículo es mucho menos visible. Asimismo, en tramos en obras o con cambios provisionales de sentido, las luces son esenciales para señalar la posición y dirección.
No encender las luces cuando corresponde no sólo implica un riesgo para la seguridad vial, sino que además se traduce en una infracción grave. La DGT establece una multa de 200 euros para quienes incumplan esta normativa, sin pérdida de puntos del carnet.
¿Cuáles son y cómo se usan?
Durante la conducción nocturna o en situaciones de baja visibilidad, uno de los errores más comunes es no hacer correctamente el cambio entre las luces de largo y corto alcance. Esta práctica puede generar deslumbramientos peligrosos, especialmente en vías con tráfico en ambos sentidos, curvas cerradas o cambios de rasante, donde la visibilidad ya se encuentra comprometida.
En curvas, por ejemplo, el vehículo que circula por el lado interior (normalmente por su derecha) suele ser el primero en detectar la presencia de otro coche. Por lo tanto, debe ser el primero en sustituir las luces largas por las de cruce, con el fin de evitar molestias o riesgos para el resto de usuarios de la vía. Este comportamiento no sólo es recomendable desde el punto de vista de la conducción segura, sino que forma parte de las obligaciones recogidas en la normativa vigente sobre el uso del alumbrado.
Las luces de carretera o largo alcance tienen como objetivo ampliar significativamente el campo visual del conductor cuando se circula por tramos mal iluminados y sin tráfico. Sin embargo, hay que apagarlas de inmediato en cuanto se detecte la aproximación de otro vehículo, ya sea en sentido contrario o por delante.
En situaciones donde se atraviesan curvas continuas, intersecciones o zonas con visibilidad reducida, es fundamental adaptar el alumbrado a las condiciones del entorno. El uso inadecuado de las luces puede dificultar la percepción del entorno e incrementar el riesgo de accidente. La correcta gestión del sistema de iluminación del vehículo permite mantener una conducción segura y reduce significativamente las posibilidades de siniestro.
El cambio de luces, por tanto, debe realizarse con antelación suficiente, observando el entorno. De este modo, se garantiza que todos los usuarios de la vía puedan circular con seguridad.