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Los hombres tienen el doble de posibilidades de morir en accidente de tráfico

Hombre al volante

Mujer al volante, peligro constante. Así reza uno de los dichos más populares en España. Sin embargo no es solamente una frase tremendamente machista y criticable, sino que además se puede demostrar científicamente que es falsa. ¿Cómo? Muy sencillo. Según un estudio realizado por la Administración Nacional de Seguridad de los Estados Unidos de América, conocida como NHTSA, los hombres tienen el doble de posibilidades de fallecer en un accidente de tráfico que las mujeres.

¿Cómo se llega a esta conclusión? Según el informe de la NHTSA la principal causa que provoca esta afirmación es la tendencia que tienen los varones a conducir ebrios, mucho mayor que en el caso de las mujeres. Pues amigos, ojo con esto porque no hace falta recordaros que, además del riesgo que supone esta práctica, estamos inmersos en una campaña de control de alcohol y drogas al volante.

En nuestro país podemos sacar conclusiones similares a las del estudio de la NHTSA, ya que hay muchos más conductores que conductoras, lo que acrecienta el riesgo de accidente para ellos. Además se llega a la conclusión de que los varones recorren hasta un 50% más de kilómetros respecto a ellas.

En el estudio se han tenido en cuenta diferentes tipos de accidentes de tráfico. Solamente hay un apartado donde las mujeres sufren más siniestros que los hombres, a pesar de ser muchas menos las que conducen. Es en el de los accidentes leves o menores, aquellos que popularmente conocemos como ‘golpes de chapa’.

Estas estadísticas no dejan de ser una mera curiosidad, ya que no deberíamos hacer distinciones entre hombres y mujeres cuando hablamos de accidentes de tráfico. Y menos escudarnos en que los hombres tienen más tendencia a conducir bebidos. El riesgo lo corremos igual unos que otros. Nadie debe asumir más riesgos de los necesarios al volante, y eso incluye en el puesto número 1 de la lista el alcohol.

Es cierto que las autoridades podrían hacer las cosas mucho mejor en lo que a prevención de accidentes de tráfico se refiere, ya que su forma de actuar en muchos casos les resta credibilidad ante un conductor plenamente convencido de que el objetivo de la DGT es puramente recaudatorio. Pero para arreglar algo, hay que asumir siempre la parte de culpa que uno tiene. Y si cualquier conductor decide por sí mismo conducir después de ingerir alcohol y sobrepasar los límites de velocidad estará exponiéndose a unos riesgos totalmente innecesarios. Unos riesgos, por cierto, que no solamente afectan al sujeto en cuestión, sino también a todos aquellos con los que comparte vía.

Vamos por el buen camino en lo que a la reducción del número de víctimas mortales al volante se refiere. Los últimos datos apuntan a un descenso del 40% durante el 2014. Pero no debemos dormirnos en los laureles. Suena utópico, pero hay que perseguir la consecución del riesgo cero al volante. Señores -y señoras-, cabeza en la carretera, por favor.

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