DS 4 Crossback: la elegancia se convierte en SUV
DS va en serio. Después de demostrarnos de lo que son capaces con el DS 5 y con el restyling del DS 4, nos presentan en el Salón de Frankfurt la versión campera de este último, el DS 4 Crossback. Estamos ante un SUV compacto que llega con la firme intención de enfrentarse a las potencias del sector, tales como el Mercedes GLA, el BMW X1 o el Mini Clubman. Y eso por no hablar del Audi Q1, que espera agazapado para lanzarse a por sus presas durante el año que viene.
Si te gusta el nuevo DS 4, te va a gustar el DS 4 Crossback. Es muy parecido al modelo del que procede. Tanto que incluso le calca las medidas en lo que a longitud y anchura se refiere, si bien el SUV es algo más alto con sus 1,54 metros. Esto nos deja una imagen más imponente que no pierde un ápice de la elegancia del DS 4. Y es que a nivel estético apenas un puñado de diferencias distinguen a ambos coches.
La parte delantera del nuevo DS 4 Crossback se distingue de su hermano por el cromado que rodea a la parrilla delantera, que en esta versión viene acabado en negro mientras que en la berlina es plateado. Por el resto, todo exactamente igual. Ya sabéis, unos faros con tecnología LED que rodean la característica parrilla de los DS actuales, quedando en el centro y bien visible el logo de la nueva firma del grupo PSA.
Si pasamos al lateral sí que vemos algunas diferencias entre el DS 4 Crossback y la versión convencional del coche. Es aquí donde se aprecian los nuevos pasos de rueda, las barras del techo, la carrocería más elevada -obvio en un coche que tiene cierto carácter aventurero- y una moldura lateral que en esta ocasión no está cromada. Curiosamente se ha optado, al menos en el modelo de las fotografías, por unas llantas oscuras, algo que no es especialmente útil cuando salimos al campo y todas las piedras y demás imperfecciones del terreno pueden saltar contra ellas dañándolas. Los famosos ‘chinazos’ siempre se notarán menos en una llanta clara que en una oscura.
Con la zaga sucede algo parecido que con el frontal, y es que las diferencias son mínimas. No obstante, la orientación aventurera del modelo se nota más aquí que en la parte delantera, especialmente gracias al aumento de la altura de la carrocería y a la palabra ‘Crossback’ situada justo debajo del logo.
En lo que al interior se refiere podemos apreciar el mismo aumento de calidad respecto al anterior Citroën DS 4 que en el restyling de la berlina. Podremos incorporar la misma pintura bi-tono y dispondremos de elementos como el sistema Car Play, la pantalla táctil, cámara de visión trasera, arranque con manos libres, avisador de ángulo muerto, sistema de aviso de cambio involuntario de carril o función de masaje en los asientos, entre otros.
En cuanto a los motores, tendremos dos opciones de gasolina y otras dos diesel. En las primeras podremos elegir entre el motor PureTech de 130 CV, con un consumo medio homologado de 4,9 l/100 km, o el archi-conocido THP de 1,6 litros y 165 CV, que se asocia de serie a un cambio automático de seis marchas. Respecto al diesel, tenemos un BlueHDi de 120 CV, manual o automático, y un BlueHDi de 180 CV, cuyo gasto es de 4,3 l/100 km.