La DGT avisa sobre dormir en el coche: la norma que debes cumplir si no quieres problemas
Es fundamental diferenciar entre acampar y pernoctar
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¿La DGT permite dormir dentro del coche? Legalmente, esta acción no está prohibida por la ley de tráfico, pero hay ciertas condiciones que se deben cumplir para evitar posibles sanciones. En líneas generales, pernoctar dentro del vehículo está permitido, siempre que éste se encuentre correctamente estacionado y cuente con el seguro obligatorio en vigor.
Un aspecto clave es diferenciar entre dormir en el coche y acampar. Mientras que pasar la noche dentro del coche no presenta ningún tipo de inconveniente a nivel legal si el coche está bien aparcado, acampar implica actividades adicionales, como extender toldos, colocar mesas o desplegar objetos fuera del perímetro del vehículo. Estas acciones se consideran acampada y sólo están permitidas en zonas específicamente habilitadas para ello.
¿Qué dice la DGT sobre dormir en el coche?
Dormir en el coche durante un viaje largo es una práctica habitual para muchos conductores que buscan descansar y ahorrar tiempo o dinero. Sin embargo, esta decisión puede generar dudas sobre su legalidad. La DGT lo permite bajo ciertas condiciones, siempre que se distinga claramente entre pernoctar y acampar, conceptos que implican normativas diferentes.
Pernoctar se refiere a pasar la noche dentro del coche aparcado sin desplegar elementos externos ni realizar actividades fuera del vehículo. Acampar, en cambio, incluye acciones como extender toldos, instalar mesas o sillas y ocupar un espacio mayor al del vehículo. Ésta última práctica está regulada y suele estar prohibida fuera de zonas habilitadas.
La DGT, a través de su Instrucción 08/V-74, establece que dormir en el coche es legal, siempre y cuando éste esté bien aparcado y no se desplieguen elementos externos: «Esta Dirección General de Tráfico considera que mientras un vehículo cualquiera está correctamente estacionado, sin sobrepasar las marcas viales de delimitación de la zona de estacionamiento, ni la limitación temporal del mismo, si la hubiere, no es relevante el hecho de que sus ocupantes se encuentren en el interior del mismo y la autocaravana no es una excepción, bastando con que la actividad que pueda desarrollarse en su interior no trascienda al exterior mediante el despliegue de elementos que desborden el perímetro del vehículo tales como tenderetes, toldos, dispositivos de nivelación, soportes de estabilización, etc.»
Para evitar multas, el coche debe cumplir con las normas generales de circulación y estacionamiento. Esto significa que no puede estar mal aparcado, invadir espacios prohibidos como pasos de peatones o curvas con poca visibilidad. Además, es obligatorio tener en vigor el seguro del vehículo y estar al día con los impuestos de circulación. En caso de estacionar en lugares protegidos, como reservas naturales, la normativa es más estricta. Las multas por incumplir estas regulaciones pueden oscilar entre 60 y 600 euros, llegando a ser mayores en zonas de alto valor medioambiental.
Acampar
A diferencia de pernoctar, acampar está mucho más regulado. Cualquier acción que implique la ocupación del espacio público más allá del vehículo, como colocar sillas, extender toldos o instalar mesas, se considera acampada. Esto no sólo afecta la circulación, sino que puede generar molestias o dañar el entorno natural. Por este motivo, acampar únicamente está permitido en zonas habilitadas y puede acarrear multas significativas si se realiza en espacios no autorizados.
En zonas naturales protegidas, la legislación es aún más estricta debido a la necesidad de preservar el entorno. Las sanciones en estos casos pueden ser elevadas, reflejando la gravedad de la infracción. Para los conductores de autocaravanas o vehículos adaptados, es obligatorio utilizar áreas específicas si desean desplegar elementos externos.
Conducir con sueño
La somnolencia al volante es un factor clave en una significativa proporción de accidentes de tráfico, representando entre el 15% y el 30% de los casos en España. Este problema no se limita a las horas nocturnas, ya que también se registran numerosos siniestros durante el día asociados a este estado.
Cuando se conduce con sueño, las capacidades necesarias para conducir un vehículo se ven seriamente afectadas. En los casos más extremos, quedarse dormido puede tener consecuencias catastróficas, especialmente en los conductores profesionales.
Incluso sin llegar a dormirse por completo, la simple sensación de somnolencia perjudica la capacidad de atención, reacción y toma de decisiones. Entre las causas frecuentes están el cansancio acumulado, la ingesta de ciertos medicamentos, trastornos del sueño o una noche previa de descanso insuficiente.
Para minimizar riesgos, es esencial adoptar hábitos de descanso adecuados. En caso de que el sueño aparezca durante un trayecto, lo más recomendable es detenerse en un lugar seguro y descansar al menos 20 o 30 minutos.
La somnolencia reduce la velocidad de reacción, dificulta la concentración, y aumenta los errores al volante. Además, puede provocar episodios de microsueños, en los que el conductor pierde conciencia durante unos segundos, y alteraciones en la percepción sensorial que dificultan la visión y el reconocimiento de señales. Por ello, es fundamental reconocer los signos de fatiga y priorizar la seguridad deteniéndose para descansar cuando sea necesario.