Cómo adelantar correctamente en 5 pasos
Cada vez que te pones al volante, ¿cuántos adelantamientos realizas o recibes? Seguro que no puedes ni contarlos. Se trata de una de las maniobras más habituales que cada día se dan en nuestras carreteras. Pero ojo, que eso no evita que sea también una de las que conllevan más peligro. Si no sigues una serie de normas -escritas y no escritas- corres el riesgo de sufrir un accidente. Por ello, nos hemos decidido a darte las 5 claves para que adelantes de forma segura. Lo normal es que cumplas con todos y cada uno de estos consejos, pero por si acaso…
Espacio y señalización
El concepto del espacio es muy importante a la hora de conducir. Más allá de la distancia de seguridad obligatoria que debemos mantener con el coche que nos precede, debemos dejar un espacio suficiente para que otro coche quepa entre nosotros y el de delante. Si alguien nos adelanta y luego no tiene dónde meterse por nuestra culpa podemos provocar un accidente, especialmente en carreteras de doble sentido.
Este espacio del que te hablamos también nos servirá para ‘lanzar’ nuestro vehículo en el caso de que seamos nosotros los que vamos a adelantar. Estos metros ‘extra’ nos permitirán llegar a nuestro objetivo a la velocidad adecuada.
No olvides cuando vayas a rebasar a otro vehículo señalizar tus intenciones con el intermitente. Recuerda que solamente nosotros sabemos lo que vamos a hacer, y debemos comunicárselo al resto de usuarios de la vía que nos rodean para evitar males mayores.
Un ojo en el retrovisor
Para conducir hay que tener mil ojos, que se suele decir. Además de controlar al vehículo al que vamos a adelantar y el carril opuesto si circulamos por vías de doble sentido, debemos tener bien presente lo que sucede detrás de nosotros. Si por el retrovisor observamos que otro vehículo ha iniciado una maniobra de adelantamiento cerca de nosotros, deberemos ser pacientes y esperar a que éste termine. De lo contrario, podemos interrumpir su trayectoria con el riesgo que ello conlleva.
Prepara tu coche
Te decíamos en el primer punto de este artículo que debías dejar un espacio aceptable para poder lanzar tu coche hasta una velocidad adecuada para adelantar. Bien, debes tener en cuenta además que para alcanzar esta velocidad, has de preparar tu coche elevando las revoluciones de tu motor hasta un límite adecuado. Especialmente hoy en día, en una época donde los motores turbo se han adueñado de nuestras vidas, esto se hace vital. Si tienes un turbodiésel, no inicies la maniobra a menos de 2.000 rpm, mientras que si hablamos de un gasolina, hazlo alrededor de las 3.500 rpm. Que no te importe reducir una marcha para ello.
Permanencia en el carril izquierdo y vuelta al nuestro
Los adelantamientos se realizan en carretera siempre por el carril izquierdo. Eso sí, no olvides que es una vía preparada para adelantar, con lo que tu permanencia perenne en ésta no es correcta. Los conductores que se adueñan de este carril no actúan de acuerdo a las normas de tráfico.
Una vez que completes el adelantamiento tienes que tener en cuenta dos cosas antes de volver a tu carril de origen. La primera de ellas es que solamente debes volver a tu vial cuando observes por el espejo retrovisor interior que el otro vehículo ha sido rebasado. Es la única forma de asegurarte que has completado tu maniobra. Además, esta vuelta a tu carril debe realizarse aún acelerando. Aunque observes al otro vehículo por el mencionado retrovisor, no debes soltar el pie del acelerador. Algo así te puede hacer perder velocidad y causar una colisión.
Facilita los adelantamientos
La carretera no es un circuito, con lo que ser adelantado no debe ser visto como una derrota. Cada conductor tiene su ritmo, por lo que si te adelantan debes circular lo más a la derecha posible de tu carril e incluso levantar algo el pie del acelerador para facilitar la maniobra de otros vehículos. Facilitar este tipo de maniobras puede evitar males mayores.