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En los últimos tiempos, las estafas a través de mensajes de texto están alcanzando niveles preocupantes. Con el aumento de la conectividad y la confianza que depositamos en nuestros teléfonos móviles, los ciberdelincuentes han encontrado un terreno fértil para actuar. Uno de los fraudes más extendidos y peligrosos es el que suplanta a la Dirección General de Tráfico (DGT), con el objetivo de alarmar a los usuarios mediante falsas multas de tráfico. Lo hacen con un mensaje que parece completamente oficial, en el que se incluye un enlace para pagar una sanción inexistente. La urgencia que transmiten y el diseño del mensaje son tan convincentes que muchas personas acaban cayendo en la trampa.
Aunque las autoridades ya han alertado en múltiples ocasiones sobre esta práctica, los delincuentes siguen perfeccionando su estrategia. Lo peor es que no se trata de una campaña puntual, sino de una estafa que se repite en oleadas. Aprovechan cualquier contexto: cambios legislativos, fechas clave o noticias relacionadas con la movilidad, para hacer más creíble el engaño. Si alguna vez has recibido un SMS de este tipo, sigue leyendo, porque te explicamos cómo funciona esta estafa, qué debes hacer si la recibes y, sobre todo, cómo protegerte.
Los SMS que suplantan a la DGT
Los mensajes que suplantan a la DGT no son algo nuevo, pero su efectividad ha hecho que los estafadores sigan recurriendo a ellos. La estrategia es simple pero eficaz: te hacen creer que tienes una multa pendiente y te instan a pagarla cuanto antes para evitar un recargo. Lo que buscan es crear una sensación de urgencia, ese impulso que nos lleva a actuar sin pensar demasiado, especialmente cuando el mensaje viene de una entidad que reconocemos como oficial.
A menudo, estos mensajes llegan con un texto breve pero contundente: «Notificación urgente de multa. Accede aquí para evitar recargos». El enlace que acompaña el mensaje dirige a una página que imita a la perfección la web de la DGT. Desde el diseño hasta el logotipo, todo está cuidado al detalle para que la víctima no sospeche. Una vez en esa página falsa, se solicita el número de tarjeta bancaria, la fecha de caducidad, el CVC e incluso el PIN, algo que ninguna institución legítima pediría jamás.
El INCIBE, el organismo responsable de velar por la ciberseguridad en España, ha emitido varias alertas sobre este tipo de fraudes. En ellas, detallan que tanto el correo electrónico como los SMS fraudulentos suelen referirse a sanciones por aparcar en zonas reguladas o por exceso de velocidad. Incluso se especifica el importe de la supuesta multa: 35 euros en el caso de los correos, y 50 euros si llega por SMS. Estas cifras no son aleatorias. Los estafadores las eligen porque no resultan sospechosas: son lo suficientemente bajas como para que la víctima prefiera pagar rápidamente antes que perder tiempo en investigar.
Cuando la víctima hace clic en el enlace, es redirigida a una página que parece legítima. Allí, se le pide toda la información necesaria para realizar el supuesto pago: nombre completo, número de tarjeta, fecha de vencimiento, código de seguridad… incluso el código PIN. Una vez introducidos estos datos, los delincuentes tienen acceso a la cuenta bancaria.
Lo más alarmante es que no siempre vacían la cuenta de inmediato. En ocasiones, esperan unas horas o incluso días para realizar movimientos, de modo que la víctima no relacione el fraude con el mensaje recibido. También pueden usar los datos para realizar pequeñas compras que pasan desapercibidas.
Aunque los mensajes que simulan proceder de la DGT son especialmente frecuentes, no son los únicos. Los delincuentes también han usado como gancho la identidad de otros organismos oficiales como la Policía Nacional, la Agencia Tributaria o incluso Correos. El objetivo siempre es el mismo: obtener datos personales o bancarios para robar dinero o suplantar la identidad del usuario.
Cómo reconocer este tipo de estafas
Existen varios indicios que pueden ayudarte a detectar un intento de estafa. El primero, y más evidente, es el medio de comunicación. La DGT, como norma general, no envía notificaciones por SMS o correo electrónico. Las sanciones oficiales llegan por correo postal o, si lo has solicitado, a través del sistema de notificaciones electrónicas conocido como Dirección Electrónica Vial (DEV).
Además, ningún organismo oficial solicitará nunca el PIN de una tarjeta bancaria ni datos sensibles a través de enlaces. Tampoco es habitual que se exija el pago inmediato bajo amenaza de recargo en tan corto plazo. Si el mensaje tiene un tono alarmante o presiona para que actúes rápido, probablemente se trate de un engaño.
Otro aspecto a tener en cuenta es la dirección del enlace. Aunque la página parezca legítima, muchas veces la URL tiene pequeñas diferencias respecto a la original. Puede haber letras cambiadas, dominios poco comunes o faltas ortográficas. Por eso, es importante comprobar cuidadosamente cualquier enlace antes de hacer clic.