Se destapan los detalles de la historia de abusos por la que Pepa Flores decidió dejar de ser Marisol
Fue la artista más gloriosa de la época del franquismo
Marisol se retiró a los 37 años y jamás ha vuelto a aparecer en público
Pepa Flores alcanzó la cima pero nunca fue feliz
La de Pepa Flores es una historia de éxito y de frustración a partes iguales. A los 12 años la malagueña se convirtió en Marisol, la niña en la que todas las niñas querían convertirse. Guapa, dulce, risueña y siempre con una sonrisa. Durante 20 años se mantuvo en la cima del éxito, pero a los 37, todavía muy joven, tras dos matrimonios y tres hijas dijo basta. Volvió al sur y no quiso saber nada, nunca más, de Marisol, ni de la prensa, ni del público que la había aplaudido tanto, ni de nadie que no fuera su entorno más íntimo. ¿Qué pasó?
Pasó que toda medalla tiene su reverso, y el que a ella le tocó vivir fue muy duro. La revista Vanity Fair ya ha anunciado que publicará, en boca de muchos artistas que fueron sus amigos en épocas de bonanza, la historia de abusos a la que ella nunca ha puesto voz. Todo se destapó porque la propia Pepa en una entrevista con Fernando Umbral comentó que “Me llevaban a un chalet del Viso y allí había gente importante, gente del Régimen, a verme desnuda, a mí y a otras niñas”. Después lo desmintió y nunca más se ha pronunciado al respecto.
Pero Interviú, en 1979, en varios reportajes que le hizo José Luis Morales, ya adelantó mucho de esta sórdida historia. Le costó mucho verbalizar pinceladas de la dura vida que vivió, pero lo hizo: “En uno de aquellos días que estaba yo en el estudio, el fotógrafo éste se puso a desnudarme, a meterme mano por todo el cuerpo y a preguntarme si ya me había hecho mujer. Yo estaba asombradita. Le tenía miedo a todo en aquella casa. Ten en cuenta que no podía ni rechistar. Una vez que se me ocurrió decir que unas fotos no me gustaban por poco me matan, me montaron una de la que no me olvidaré nunca. Bueno, como te decía, el fotógrafo aquel mutilado nos amenazaba para que no dijéramos nada. Más tarde, un día cualquiera, descubrimos en la cocina muchas fotos de niñas desnudas con vendas en los ojos. Se lo dijimos a Goyanes y se quedó como si nada. Aquella misma noche cuando fuimos a cenar el fotógrafo estaba sentado y muy risueño en nuestra misma mesa”. “Mi vida, hasta que conocí a Antonio Gades fue una película de terror”. Poco después de atreverse a confesar una parte de lo ocurrido, Pepa Flores mató a Marisol. España se quedó sin un mito, pero Pepa ganó una vida.