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Las imágenes que prueban que la tensión entre Isabel Preysler y Vargas Llosa es más que evidente

Desde el pasado 13 de noviembre a la reina de corazones se le han multiplicado los problemas. Ese día supuso un punto de inflexión en la vida de Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler, aunque ninguno de ellos lo esperaba. La pareja viajó hasta Nueva York para acudir a la entrega de premios donde el peruano iba ser galardonado con la prestigiosa medalla J.Paul Getty rodeado de algunos de sus seres más queridos. Ante la atenta mirada de Isabel y su hija Tamara Falcó, de su hijo Álvaro, y de sus nietas, Ariadna, Josefina y Aitana, Mario subió al escenario de aquella ceremonia celebrada en la Gran Manzana para agradecer esta distinción sin imaginarse lo que estaba por venir. Las nietas, Isabel y Tamara posaron junto a él en una instantánea que se convirtió días más tarde en la fotografía de la discordia que dejaría en evidencia la fractura familiar que existe entre los familiares de Vargas Llosa y la propia Preysler. Una guerra a la que ahora se suman unas imágenes que demuestran la tensión que ha existido entre Isabel y Mario en ese periplo que prometía ser mágico en la ciudad de los rascacielos.

[Mario Vargas Llosa y su hijo Gonzalo, en pie de guerra por Isabel Preysler]

La pareja se separó de sus amigos para tratar un asunto en la intimidad /LOOK

A escasas semanas del enlace de Ana Boyer y Fernando Verdasco, la pareja se convierte con estas fotografías una vez más en protagonista. En ellas, se aprecia en ambos un rostro mucho más serio que el que suelen lucir en los photocalls a los que acuden e incluso se evidencia frialdad entre ellos. Mientras Isabel y Mario pasean junto a unos amigos por las calles de Nueva York, se distancian de su círculo para tratar un asunto que a tenor de las instantáneas que LOOK ofrece en exclusiva, parece dejar boquiabierta a la filipina.

Ajena a los objetivos que inmortalizaron este momento, Preysler se mostraba disgustada, no menos que Vargas Llosa. La tensión entre ambos era evidente, pero supieron disimularla cuando se reincorporaron a la charla de sus cuatro amigos. Al menos Isabel, pues se la pudo ver sonreír en varias ocasiones, conversar animadamente con algunos de ellos así como mostrar la complicidad que le unía a su círculo. Sin embargo, a Mario le costó olvidar este mal trago y durante toda esa tarde le acompañó un semblante mucho más serio que a su pareja.

Mario permaneció mucho más serio que Isabel durante su paseo por las calles de Nueva York /LOOK

Pese a que se desconoce el motivo de enfado de la pareja, esta ‘discusión’ podría estar relacionada con la contrariedad que Isabel está viviendo desde que el segundo hijo de Vargas Llosa emitiera un comunicado esta semana que la dejaba en mal lugar. Gonzalo Vargas Llosa acusaba a Preysler de haber manipulado a sus hijas para que posaran junto a ella, Mario y Tamara, pues supuestamente estas desconocían que las imágenes serían publicadas. A estas palabras añadía que Isabel nunca había hecho caso a las nietas de Mario y que la polémica fotografía había sido tomada tan solo con fines publicitarios.

[Álvaro Vargas Llosa deja muy claro al lado de quién se posiciona en la guerra entre su padre y su hermano]

La respuesta a estas duras acusaciones fue inmediata. Isabel no se pronunció, pero sí lo hizo Vargas Llosa. No dudó en desmentir las declaraciones de su hijo Gonzalo y en defender a su pareja públicamente mediante un comunicado. «Las tres sabían perfectamente que yo estaría acompañado por Isabel y yo mismo les advertí que habría fotógrafos en el acto. Me alegró que, pese a ello, las tres, que son mayores de edad, se empeñaran en asistir. Sugerir que cayeron en una emboscada o que “la señora Preysler” se benefició económicamente con aquellas fotografías es una calumnia». Advirtió entonces que no diría ni una palabra más en esta cruzada y hasta entonces lo ha mantenido. ¿Seguirá abierta esta guerra familiar? Solo el tiempo lo dirá.

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