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La Casa Arbaizenea ya no está habilitada para celebraciones. El palacio situado en el País Vasco que la duquesa de Alba le dejó en herencia a Cayetano Martínez de Irujo vuelve a ser de uso exclusivamente familiar. Además, del complejo está disfrutando actualmente Genoveva Casanova, tal y como confirma a LOOK su propio exmarido. «Genoveva puede utilizar todas mis casas. A ella y a mis hijos les quiero por encima de todo», cuenta el conde de Salvatierra. Y es que, después de una nulidad matrimonial de la que tanto se ha escrito desde su separación en 2007, Cayetano presume de tener «una relación excelente» con la madre de sus dos hijos, los mellizos Luis y Amina Martínez de Irujo y Casanova, de 16 años de edad. «Yo a Genoveva la adoro, y no solo por eso que se suele decir de que es la madre de mis hijos. Es una persona a la que quiero de verdad. Quiero que esté bien, contenta y cuidada», cuenta el jinete.
«Genoveva puede utilizar todas mis casas. A ella y a mis hijos les quiero por encima de todo»
La prueba de la buena sintonía que reina entre ambos puede encontrarse en las redes sociales de la propia mexicana. Genoveva ha nombrado a su ex en alguna ocasión para darle las gracias y en su última fotografía posa en la Arbaizenea, la casa de Cayetano, acompañada de una amiga que escribe: «Compartir la vida con amigas… ojalá pudiéramos compartirla siempre con todas y unidas….. sin distancia y tiempo… love you». Pero, ¿qué hacía Genoveva allí? El duque de Arjona responde a LOOK: «Se lo ofrecí y así ella no tiene que ir mendigando veraneo por ahí. Al contrario de eso, Genoveva ha estado recibiendo a sus amigos en esta casa tan bonita y tan vivida por parte de la familia».
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Pero la artista mexicana no es la única en disfrutar de este exclusivo paradero situado en San Sebastián. Cayetano Martínez de Irujo asegura que sus puertas «están abiertas para toda la familia siempre que quieran ir, tanto para visitarlo como para su uso y disfrute» en tiempos vacacionales. De hecho, el jinete confirma a este digital que sus hijos pasan allí los últimos días de las vacaciones con su madre, antes del inicio del nuevo curso escolar. «Mis hijos ya estuvieron allí en los primeros días de julio, después han estado unos días conmigo hasta este miércoles en Málaga, y ahora les he mandado de nuevo para allá porque tengo que seguir con una campaña agrícola en la que estoy trabajando», confirma el aristócrata. «Yo he descansado a trocitos. Tampoco me gusta estar parado», añade sobre sus vacaciones.
«Es un reconocimiento muy grande que me dejó mi madre con la garantía de que yo lo defendiera»
Hubo un tiempo en el que la desaparecida Cayetana de Alba pasaba sus días de descanso en este privilegiado enclave junto a Luis Martínez de Irujo Artazcos, su primer marido. Quizá por eso y dado el arraigo familiar, Cayetano se lo ha pensado mejor y ya no quiere abrirlo al público. Ni siquiera para celebrar actos privados, tal y como se había planteado. «Es la única villa antigua bien conservada que queda de la zona. Un reconocimiento muy grande que me dejó mi madre con la garantía de que yo lo defendiera. Y en ello estoy», asegura el conde.
A la decisión de dejar de celebrar bodas en la Casa Arbaizenea, el duque de Arjona reconoce a este digital que se arrepintió al descubrir que el beneficio no era mayor que su sentimiento de arraigo. «Querían dejar una carpa de forma permanente en una zona y hubo una serie de condiciones como esa que no me convencían», justifica. «Empezamos a trabajar con Bokado Group – empresa organizadora de caterings y eventos líder en el sector-, y acordonábamos el interior solo para que se pudiera echar un vistazo. Hay que señalar que la villa tiene muchas cosas de valor, con el recuerdo de las dos familias… Yo la he dejado intacta, tal y como la dejó mi madre, con sus fotos y con todo», añade.
Pero, dada esta decisión, ¿cómo es capaz de mantener este inmueble palaciego en el que habitualmente no vive nadie? Cayetano sabe que esta es una cuestión complicada y por eso asegura que ha recurrido a un íntimo amigo para ocuparse de todo «al mínimo coste». «Fernando Ramírez, un buen amigo mío que vive en San Sebastián, me hace el favor de forma desinteresada. Si hay cualquier problema, él se pasa por allí, lo revisa, busca un presupuesto y una solución», aclara el conde.
Por otro lado, Cayetano no descarta la idea de que en un momento dado el ayuntamiento de Donostia le pueda solicitar «celebrar algún tipo de acontecimiento importante» en el enclave, pero siempre reiterando que Casa Arbaizenea será, ante todo, de uso exclusivo para su familia. Una palabra de fuerte significado para él en la que, además deja claro, que Genoveva está incluida. Digan lo que digan.