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Un enlace muy tenso

Con Kiko Matamoros y sin Mar Flores: todos los detalles de la boda de Diego Matamoros

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La de Diego Matamoros y Estela Grande es una de esas bodas en las que los invitados roban, de manera ineludible, el protagonismo de los novios. Una tía convertida en una de las modelos más famosas de los 90 con un curriculum sentimental capaz de protagonizar portadas de revistas semana sí y semana también y un padre en duda hasta el mismo momento del enlace por las desavenencias familiares hacían de esta celebración mucho más que una boda. No ha decepcionado finalmente porque incluso momentos antes de la hora prevista para el ‘sí, quiero’ llegaba el primer bombazo: No, Mar Flores no acudía a la boda de su sobrino Diego. La modelo había rehusado la invitación y prefería quedarse en Ibiza, el lugar donde disfruta estos días de sus vacaciones.

Era el programa ‘Sálvame’ el que informaba de la ausencia asegurando que los argumentos esgrimidos por Mar se centraban en darle así la posibilidad a Kiko Matamoros -recordemos, en duda- de acudir al enlace de su hijo. Dado el clima hostil que lleva años reinando entre la modelo y el colaborador lo mejor era que uno de los dos no acudiera para no aguar el que para Diego debía ser el día más feliz de su vida. “Lo lógico es que vaya su familia más cercana. Su padre, su madre… Y luego, si yo puedo, iré”, decía la ex de Javier Merino hace escasos unos días. Pues bien, finalmente no ha podido. O no ha querido.

Mar Flores ha optado por no acudir al enlace / Gtres

Lo cierto es que, en cualquier caso, su decisión ha servido para que entonces sí acudiese el que era el otro protagonista de la boda, con permiso de los novios. Finalmente, Kiko Matamoros sí que ha ido aunque con el rostro serio, algo apenado y sin la alegría propia de un padre que va a casar a su hijo. En declaraciones al programa para el que trabaja, Kiko ha confesado: «Me ha costado mucho tomar la decisión de venir porque he pensado que podía molestar a terceros y además la actitud de Diego no ha sido la mejor. AL final ha pesado los daños que podía hacerme a mí mismo y el hecho de que pudiera arrepentirme toda la vida de esta decisión».

Kiko Matamoros llegando a la boda de Diego Matamoros y Estela Grande / Gtres

Fiel a su característico humor sarcástico, Kiko no ha dejado pasar la oportunidad de mandar un mensaje a Mar Flores, su archienemiga. «Tiene más cara que espalda. No ha venido no por mí, sino porque no hay ningún millonario invitado a la boda», ha explicado.

Para su propio hijo también tenía dardos: «Yo estoy aquí por lo que supone para mí estar en el día más importante de la vida de mi hijo, para él (Diego) no sé lo que supondrá ni me importa».

La importancia de la exclusiva

Sobre las ocho de la tarde, aprovechando que Kiko Matamoros acaparaba la atención de los reporteros que durante horas esperaban a los novios, el coche del novio hacía su entrada en la finca Prados Moros, en El Escorial. Lo hacía acelerando justo en la zona en la que se encontraba la prensa para evitar cualquier instantánea que pudiera romper la exclusiva que la pareja tiene pactada con una conocida revista.

Esta cuestión ha sido, como es lógico, tenida muy en cuenta en la organización y los novios no han escatimado a la hora de contratar un amplio dispositivo de seguridad que custodiase la finca y velase por su privacidad.

Diego Matamoros y Estela Grande, días antes de su enlace / Gtres

Tal y como ha podido saber LOOK, cuatro miembros de seguridad, ataviados con pinganillos y con la lista de bodas en la mano, controlaban el acceso a la finca de manera estricta mientras que otros ocho hombres vigilaban el perímetro. Prados Moros se convirtió al filo de las ocho de la tarde en una especie de búnker aunque, eso sí, el catering de la boda ofreció, por expreso deseo de los novios,  algunos refrescos a los periodistas que hacían guardia en las inmediaciones de la entrada y les colocó una carpa para que al menos pudieran refugiarse del sol. Todo un detalle.

Los detalles de la boda

Por su parte, Estela Grande, que acudía con media hora de retraso como manda la tradición, también hizo todo lo posible por ocultarse de los reporteros. En su caso, su coche llevaba cortinas tupidas en todos los cristales que evitaran cualquier foto. Su automóvil era un Mercedes negro de estilo clásico en el que también viajaba el padrino, su padre. Aunque no se ha podido apreciar, tal y como ha revelado Sálvame, la novia lleva unos pendientes que son un regalo de Diego Matamoros.

Estela Grande ha evitado que se desvele el secreto mejor guardado: el vestido de novia / Gtres

El novio, al que sí que se le ha podido ver vestido con un traje escogido por Nacho Montes, llegaba con su hermana Laura Matamoros, la madrina, que le ha regalado unos gemelos que luce con orgullo en este día tan especial.

Las sorpresas

Entre las sorpresas que han tenido lugar durante toda la celebración ha destacado el momento en el que Diego Matamoros, micrófono en mano y acompañado por unos mariachis, ha cantado una canción a su ya mujer, Estela Grande, justo antes de entrar a cenar. Sin embargo, este no era el único gran momento de la noche. También ha sorprendido la banda sonora elegida por los novios -Alejandro Sanz para ella y el violinista Javi Lin para él- y los trucos de magia del mago Scott que han servido para amenizar la velada.

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