José María Aznar y Ana Botella se convierten en los protagonistas invisibles de su propia fiesta
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José María Aznar y Ana Botella tenían una fecha fijada en su calendario. Este año cumplían cuatro décadas juntos, más de 14.000 días en los que de alguna manera uno de ellos había estado presente en la vida del otro. Daba igual que las bodas de plata fueran historia para ellos y que las de oro aún estuvieran por llegar. Este era un número redondo que querían inmortalizar en sus pupilas rodeados de su círculo más íntimo en una fiesta multitudinaria con cientos de invitados. Querían tirar la casa por la ventana. Sin embargo, su afán por mantener en secreto la celebración ha llevado a que sus protagonistas sean invisibles. Al menos, para los medios apostados en las inmediaciones de la fiesta.
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El Museo del Traje reunía este sábado a partir de las ocho y media de la tarde a numerosos rostros conocidos entre los que destacaban personalidades políticas, aunque todas las miradas esperaban que apareciera el que fuera Presidente del Gobierno y la exalcaldesa de Madrid. Ni rastro de ellos. Según ha podido saber LOOK, el matrimonio ha sorteado a los reporteros al entrar por el parking del mítico museo.
Mientras Aznar y Botella se adentraban en la fiesta que tanto deseaban, los asistentes desfilaban por la puerta del museo. Una zona que permanecía blindada por 15 miembros de seguridad que velaban por la seguridad de cada uno de los invitados, además de varios policías que vestían de paisano. Todo debía salir a pedir de boca.
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Para ello, sus tres hijos debían estar presentes. José María, Ana y Alonso llegaban por separado y más elegantes que nunca, pues la ocasión lo merecía. Una vez más, Aznar lograba congregar a sus íntimos y su partido se volcaba con él: Jaime Mayor Oreja, Ángel Acebes, Pablo Casado, Alberto Ruíz-Gallardón y Esperanza Aguirre, eran tan solo parte de los invitados que no se quisieron perder la fiesta. Lo que todavía se desconoce es qué sucedió tras los muros, qué entresijos esconde esta celebración.