Corazón

Será juzgado por presunto maltrato y lesiones psicológicas a su exmujer, Rocío Carrasco

Antonio David, ni una mentira más

No, la denuncia de Violencia de Género contra Antonio David no se ha archivado y la juez envía a juicio al ex guardia civil. Su abogado, entiendo que, en defensa de los intereses de su cliente, me dijo en varias ocasiones que se archivaría porque carecía de “fundamento”. Hasta en tres ocasiones pidió el archivo, pero día a día, en una instrucción que se alargó durante algo más de seis meses, agosto inclusive, la juez desestimó las tres peticiones se afanó en examinar cada indicio, cada prueba, cada informe, cada escrito, cada declaración hasta el final. Este que es un caso tan mediático, cero indefensión. Que no se diga.

Antonio David Flores se sentará en el banquillo y será juzgado por presuntos delitos de maltrato y lesiones psicológicas, tras la denuncia que le interpuso su exmujer, Rocío Carrasco, en diciembre de 2016. La titular del juzgado de Violencia sobre La Mujer nº 1 de Alcobendas ha dictado auto en el que señala existen “indicios racionales de criminalidad” contra el popular colaborador televisivo, quien fuera yerno de Rocío Jurado. Si la chipionera levantara la cabeza, se volvería a morir, pero de pena, penita, pena.

Practicadas todas las pruebas, escuchadas las partes y tras más de un año desde que se iniciara el procedimiento (se tardó 3 meses en notificar a Flores) la juez dictó el pasado 12 de marzo auto de transformación, o lo que es lo mismo, envía a juicio al ex guardia Civil. Todavía no hay fecha. Faltan los escritos de acusación (Rocío Carrasco), del fiscal y de defensa (Antonio David), pero la juez ya se ha pronunciado y encuentra indicios de delito para que el acusado sea juzgado.

Rocío Carrasco, Antonio David Flores y Olga Moreno / Gtres

Rocío Carrasco decidió denunciar a su exmarido en diciembre de 2016 por los presuntos delitos ya mencionados, además de por quebrantamiento de los deberes de custodia y secuestro de un menor. Tras un año especialmente difícil, pese a contraer matrimonio tres meses antes con su pareja, Fidel Albiac, la hija de la desaparecida Rocío Jurado, quiso poner fin a más de una década de enfrentamiento y descalificaciones públicas por parte de su ex marido, sobre todo en su faceta como madre, según fuentes cercanas al procedimiento. La denuncia, interpuesta el día 23 de diciembre en un juzgado de primera instancia de Madrid fue trasladada, a petición del fiscal, a Violencia de Género dado los hechos narrados por Carrasco. Junto al escrito, se adjuntaba, además, documentación médica y decenas de entrevistas e intervenciones en programas de televisión, protagonizadas por el ex marido denunciado. Se proponía, también, una serie de testigos a quienes la juez, finalmente, decidió no citar. Sí escuchó a varios facultativos que habían tratado a Rocío.

La denuncia por presunto maltrato psicológico arrancó con muchas dificultades. No localizaban al televisivo Antonio David. El juzgado tardó tres meses en notificar la denuncia, de tal manera que optó por hacerlo el mismo día en que el ex guardia civil compareció a declarar como acusado en otro procedimiento abierto contra él, el 29 de marzo del pasado año, por presunto alzamiento de bienes e insolvencia punible. Finalizada su declaración, un funcionario le instó a que subiera de inmediato a la planta superior. Le esperaban en Violencia de Género para entregarle la notificación personalmente. Fue un momento difícil para el malagueño quien se vio desbordado por la inesperada situación. Eran muchos años ya de separados (desde 1999) y nunca había pasado nada. Quizá pensó que Rocío no sería capaz de decir basta o hasta aquí llegaste. Ella lo cosía a demandas, pero nunca declaraba nada públicamente. De eso se encargaba él. Cuando le entregaron aquel papel, en aquella aciaga mañana de marzo, tras salir de una complicada declaración judicial, imputado por alzamiento de bienes y en la que el juez entendía había presuntamente ocultado sus ingresos para no pagar la deuda que mantenía con su exmujer por la manutención de sus hijos, todo se le nubló. Tuvo que volver a leer. Era algo serio, muy serio y ya no quedaban comodines para mostrar a la prensa. Ni una mentira más.

Antonio David Flores en los juzgados de Alcobendas el pasado 31 de marzo / Gtres

Varios periodistas descubrimos la otra cara, esa que ocultaba tras los titulares incendiarios contra la madre de sus hijos, diciendo blanco por negro, falsedad por verdad y nos daba gato por liebre, pero con magnífico reclamo. Yo misma creí durante mucho tiempo que era un tipo agradable (eso lo sigue siendo) y que luchaba desesperadamente por sus hijos frente a una exmujer irracional y que le hacia la vida imposible. No, Antonio David no jugó todo lo limpio que debiera y pretendió utilizar a periodistas como altavoces de su estrategia contra la imagen de Rocío Carrasco. Ni una mentira más. Cierto es que sus hijos están a su lado y lejos de su madre, pero tendría que reflexionar, ahora que largos días de angustia se avecinan, todo lo que arrasó a su pasó y dejó atrás de sus infancias. ¿Qué hizo él? ¿Cuál fue su papel? ¿Conciliar? ¿Intentar dejar aparte a sus hijos de los problemas con su ex? No, nunca lo hizo. En una ocasión que se le brindó, digamos que judicialmente, conciliar, se negó. Hay pruebas, pero eso ocurrió hace tiempo y la letra pequeña es delicada.

Periciales

Carrasco decidió finalmente denunciar el menoscabo intencionado y continuado de su imagen y de su papel como madre durante los últimos 17 años en diferentes medios de comunicación y la retención del hijo menor de ambos e incumplimiento del régimen de visitas pactado. Su exmarido se llevó al menor en el periodo de vacaciones consensuado en el verano de 2016, pero no lo regresó a casa de su madre a tiempo para asistir a su boda, prevista el 7 de septiembre, tal y como ella le solicitó dos meses antes, el 7 de julio, a través de su abogado. El ex matrimonio sólo se comunica mediante sus letrados desde que se separaron en 1999. Ni una mentira más.

Flores ignoró la orden judicial que en octubre de ese mismo año le conminaba a regresar “de inmediato al menor” al domicilio de su madre, en aras del régimen de visitas establecido por convenio. David no volvió para la boda ni nunca. La batalla se volvió aún más dura. Dos meses después, cumplió 18 años y actualmente sigue viviendo con su padre en Málaga. Cuando a finales del pasado año se celebró la vista, la mayoría de edad de David era un hecho. La madre desistió en sala de su petición y se archivó la causa. Ocurrió el 17 de julio de hace casi dos años, el mismo día en que Antonio David Salió del juzgado y declaró ante las cámaras que Carrasco no había saludado a su hijo.

Antonio David con su hijo y Olga Moreno / Gtres

En la denuncia que ahora le llevará a juicio, la juez estimó la petición de la propia Rocío Carrasco de que se le realizaran pruebas psicológicas y psiquiátricas (tras una inicial negativa), mediante examen o revisión por parte del médico forense, psicólogo, equipo psicosocial o psiquiatras forenses adscritos a los Juzgados de Violencia de Género. El pasado mes de junio, Rocío, con la oposición inicial del denunciado, quien posteriormente recurrió sin éxito a la Audiencia provincial de Madrid para solicitar un examen de parte, se sometía a dichas pruebas. El peritaje del equipo de Atención Integral a la Mujer era fundamental para determinar tanto el origen de las presuntas lesiones psicológicas objeto de denuncia y el maltrato, como la realidad de estas mismas. Asimismo, se han analizado los 22 informes psicológicos aportados por la propia Carrasco y el realizado por el equipo Técnico Psicosocial del Tribunal Superior de Justicia de Madrid. El daño es “irreparable”. La presunta víctima sufre secuelas en el ámbito familiar, social y laboral. Ni una mentira más.

La denunciante comenzó esa lucha ya en 2002, hace dieciséis años, cuando un informe fechado entonces ya señala el daño que su exmarido ocasionaba a su imagen como madre. El relato recogido en los últimos peritajes, describen situaciones de conflicto y agresivas en el ámbito conyugal y familiar, que afectaron a Carrasco llegando a perjudicar su salud mental. En 2011 necesitó tratamiento psiquiátrico y en los años anteriores prefirió rechazarlo por entender que podía afectarle en la relación con sus hijos y por temor a que se filtrase a la prensa.

Ahora, tras la decisión de la juez, se emplazará a las partes acusadoras, Ministerio Fiscal y acusación particular, en este caso, Rocío Carrasco, para que califiquen los hechos y cuantifiquen las penas, es decir, los años de prisión que solicitan. De momento, se enfrenta ya a la petición de 5 años de prisión por parte de la acusación particular que no es otra que su exmujer: tres años por lesiones y dos, por maltrato habitual. Hay que ver, qué dice el fiscal. La cuestión del menor, hoy mayor de edad, David, hijo de ambos, sigue su curso por otro camino. Tampoco se ha archivado, no. La presunción de inocencia te avala, Antonio David, pero ni una mentira más.

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