Anne Igartiburu y Pablo Heras-Casado, los detalles de una relación que ha llegado a su fin

Para Anne Igartiburu y Pablo Heras-Casado el 2021 les ha traído una nueva forma de vivir. Acaba de confirmarse su separación, una realidad que dejado sorprendido a todo el mundo ya que se pensaba que era uno de los matrimonios más férreos del panorama social. Sin embargo, lo que sucede en la intimidad de una pareja solo lo saben los protagonistas y en este caso ambos han decidido que cese su convivencia. Como sucediera cuando se inició su romance, la ruptura ha sido mantenida en secreto hasta que los medios de comunicación la han revelado, ni la presentadora ni el director de orquesta son amigos de dejar volar al viento su vida privada, así que es lógico que quisieran guardase para ellos y para las personas más cercanas el gran bache de su relación sentimental.

En el momento de hacerse público este distanciamiento amoroso, la ahora expareja llevaba seis años de relación y cinco como marido y mujer, mostrando una imagen de unión que nadie podía discutir. Anne Igartiburu y Pablo Heras-Casado se complementaban magníficamente, o eso parecía, los dos adoran la música y la cultura, les gusta viajar y también permanecer en el calor del hogar junto a su hijo Nicolás, de 4 años, y las dos hijas adoptadas de la vasca, Noa y Carmen.

Su historia de amor se inició en 2014, cuando la conductora de exitoso espacio ‘Corazón’ de TVE le entrevistó para la radio. Fue la propia Anne quien le contó como a Bertín Osborne, en su programa de televisión, como transcurrió este encuentro: “Él dirigía el concierto para chelo de Haydn, que fue el primer disco que me regalaron mis padres con un año, y entre Haydn, la música clásica, el auditorio… Pum… Caímos rendidos”, afirmó la presentadora entre risas. Aquello fue un flechazo que les llevó a quedar una y otra vez hasta convertirse en novios oficiales, planeando su boda tan solo un año después. Se casaron en una ceremonia civil en Elorrio, Vizcaya, la cuna de Anne Igartiburu y el pueblo al que siempre está deseando volver. Fue el 30 de noviembre de 2015, sólo con su gente de confianza presente, lo que hizo que el enlace no saliera a la luz hasta pasados unos días.

Esa discreción de la que ambos hacen gala también se produjo durante el embarazo de Anne, un estado que llevaron en secreto hasta que la barriguita no se pudo disimular más. En el mes de junio de 2016 nacía su hijo Nicolás, el primero para Heras-Casado y el primero biológico de Anne. Sus hermanas mayores, Noa, adoptada por Igartiburu y su anterior marido, el bailarín Igor Yebra, en India, y Carmen, adoptada en Vietnam, estaban encantadas con la llegada de este niño tan deseado por el entonces matrimonio feliz.

El ‘feeling’ de la pareja no podía ser más auténtico, la comunicadora acompañaba al músico en sus viajes por el mundo para atender los compromisos profesionales, Nueva York, Viena, Filadelfia o Roma, fueron destinos en los que pasearon su amor y sus gestos de cariño en los ratos libres del prestigioso director de orquesta. En nuestro país, Anne era la primera admiradora que escuchaba embobada las habilidades de este hombre con una batuta que parece mágica en sus manos. Los estrenos y actuaciones de Heras-Casado en el Teatro Real de Madrid no dejaban (ni dejan) un hueco libre en butacas, gradas o palcos, llenando siempre hasta la bandera.

Por su parte, el músico eligió prácticamente en todos los momentos mantenerse en una actitud discreta dejando a su mujer el protagonismo, aunque eso no era posible cuando él, por ejemplo, recibía algunos de los muchos galardones u homenajes que tiene en su haber. Tampoco cuando estaban en Granada, la tierra natal de Pablo y ciudad en la que le adoran y le ven subir y bajar las calles empinadas del barrio del Albaicín, donde tiene una maravillosa casa.

Lo cierto es que ese amor ha llegado a su fin y por mucho que les duela a los dos sus caminos se bifurcan. Seguro que Anne ya tenía la tristeza en el corazón cuando el 31 de diciembre retransmitió las campanadas de bienvenida al 2021 con Ana Obregón, su marido, bueno, ahora exmarido, ya se había mudado a un piso en el centro de Madrid cerca del Teatro Real.