Álvaro de Marichalar, a juicio por su escándalo en Blablacar
Piensa ir a por todas. Álvaro de Marichalar no está dispuesto a que nadie manche su honor y por eso va a enfrentarse a la chica que compartió con él su experiencia en ‘Blablacar’.
El pasado verano, Marichalar viajó de Soria a Madrid utilizando esta nueva aplicación para compartir coche y jamás hubiera imaginado que gran parte de lo que ocurrió dentro del vehículo iba a ser publicado por Sabina Urraca, una pasajera más que resultó ser periodista y trabajar para un diario en el que salió lo acontecido.
LOOK se ha puesto en contacto con Sabina y ha explicado que la mañana de este martes le ha llegado la citación personalmente para un acto de conciliación que se celebrará el próximo miércoles, día 15, en un juzgado de Madrid.
Álvaro le ha pedido nada menos que 30.000 euros “alegando daño moral y económico porque dice que ya no le llaman para dar esas charlas de autosuperación que daba en cárceles ni del colegio donde también daba”, asegura la joven. Y apostilla: “No entiendo qué tipo de charlas puede dar este tío, me parece el peor ejemplo”.
Puestos en contacto con la empresa que imparte las charlas del excuñado de la infanta Elena, aseguran que no pueden afirmar que el incidente de ‘Blablacar’ haya repercutido directamente en el número de contratos de Marichalar debido a que trabaja de manera independiente. «Eso es imposible de valorar», explican.
Por su parte, Álvaro de Marichalar, que en su día no dudó en responder a Sabina a través de todos los medios de comunicación a los que tuvo acceso, se muestra cauto a la hora de hablar de la próxima cita judicial que tiene con la periodista. «No me interesa hablar de esto. Estoy en Latinoamérica. Esto son estupideces», zanja en conversación con LOOK.
El miedo de Sabina
Urraca no entiende cómo alguien como el hermano de Jaime de Marichalar ha podido llegar a esta situación: “Me respondió en un periódico, tuvo derecho a réplica en mi propio medio y ahora de repente ha decidido sacar partido de este asunto que creo que le ha beneficiado más que a mí, aunque diga que ha sufrido un daño moral. Este hombre estaba olvidado y ha sido un boom. El tío está intentando sacarle el máximo jugo a esto”.
La cifra no resulta nada baladí, ya que Sabina no sabe cómo lo afrontaría: “Yo 30.000 ni siento que tenga que pagárselos ni los tengo. Trabajo como autónoma, no llego a fin de mes. Si esto prospera, me van a quitar el sueldo hasta que lo pague… Es un acto de conciliación muy poco conciliador, la verdad”.
Sin embargo, la periodista se aferra a la esperanza de que el caso quede cerrado el próximo miércoles: “Según mi abogado, este tema no puede prosperar porque no tiene sentido”.
Desde luego lo que tiene claro es que volvería a hacerlo de nuevo si volviera atrás: “No me arrepiento en absoluto”.