La cara desconocida de Alejandro Sanz: las mejores anécdotas de su biografía
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‘#Vive’ es la biografía autorizada de Alejandro Sanz, en las que él mismo, en primera persona, cuenta, a golpe de sentimiento, todos aquellos momentos de su vida que han marcado al que es considerado el mejor artista español de los últimos 30 años. Pero también al propio Alejandro, a Alejandro Sánchez, el que es cuando se cierra la puerta de su casa, se pone ropa cómoda y deja de sentirse observado.
Son incontables los nombres de famosos que aparecen en las más de 600 páginas que ha escrito Óscar García Blesa, y es que son muchos los que se han encontrado en su camino a un Alejandro que lleva más años de los que nunca imaginó en la cresta de la ola. En la galería que acompaña estas líneas se puede leer lo que artistas de todos los ámbitos piensan de él.
Pero no es lo que otros opinen de Alejandro lo que de verdad importa de esta biografía, sino la manera en la que Alejandro se abre y se muestra tal cual. El artista descubre sus escenas más cotidianas y a la vez las más rocambolescas, las que solo puede vivir alguien que ha llevado una vida tan intensa como la suya.
Una vida en la que ha recorrido medio mundo, en la que ha vivido a un lado y otro del charco, se ha casado dos veces, ha tenido cinco hijos -uno de ellos extramatrimonial-, ha enamorado a millones de mujeres, ha conseguido que más de 10.000 personas cantaran unidas una de sus canciones, ha vivido en casa de Miguel Bosé, se ha criado al lado de Paco de Lucía y, entre sus amistades, se encuentra desde Shakira hasta José María Michavila. Una vida diferente, de la que LOOK ha querido extraer las mejores anécdotas:
Una huida de la prensa que desembocó en ‘Corazón partío’
“Corazón partío la empecé a escribir en un hotel de Monterrey durante un viaje de promoción. Después de una jornada larguísima de entrevistas, líos en las puertas de la radio, huyendo con los coches, etcétera… llegué a la habitación con ganas de crear mi espacio, mi mundo, mi universo. Agarré la guitarra y tardé muy poquito en pensar el estribillo”. Así nació la canción que más éxito ha tenido en la historia del pop español de los últimos 30 años.
Por aquel entonces Alejandro era un chiquillo al que tanta fama le deslumbraba, que no se llevaba demasiado bien con la prensa ávida de conocer todos sus movimientos y que no acababa de comprender porqué despertaba tanto interés. Estaba deslumbrado por el momento que estaba viviendo y no se sentía con la potestad para quejarse de nada, pero lo hizo, y lo hizo en el momento exacto, en el momento de culminar la grabación del tema que le catapultó al éxito más absoluto.
Recuerda aquellos momentos en el estudio de grabación: “estábamos a punto de mezclar el tema y a mi me daba vergüenza quejarme. […] Pero al final tuve que decirlo: ‘esta canción no está’. Me dijeron: ‘Y cómo no va a estar, que nos hemos gastado tanto dinero en grabarla, los mejores músicos y todo…’. ‘Sí, pero no está, no me llega, no me transmite, no me pellizca el alma”. Finalmente se hizo escuchar y ‘Corazón partío’ se convirtió en esa canción que todo el mundo ha escuchado. Esa canción que logró que este año, 20 años después, Alejandro haya sido galardonado como mejor artista en los Grammy Latinos, el mayor reconocimiento que un cantante puede recibir.
Cuando le pidió ayuda a Shakira y terminó pensando que estaba borracha
En 2006 se presentó el disco ‘El tren de los momentos’. Para entonces Alejandro ya era un artista consagrado, un artista que se había tomado su tiempo para componer en calma, para viajar, para vivir y para experimentar todo lo que quería contar. La mayoría se le ocurrió viajando en tren, pues una de las manías menos conocidas del artista es que odia los aviones y los aeropuertos, vuela cuando es necesario, pero si es posible, prefiere el tren porque “es la forma más humana de viajar”. Entre otras cosas por esto vino el título de este disco. Por esto y por frustración.
Le costó decidirse. Fue más fácil componer que buscar titulo y, ante tanta duda, decidió pedir ayuda. Shakira fue la elegida para la tarea, eran amigos y siguen siéndolo. “’Ayúdame con el título del disco”, le pedí. Y me llamó un día en plena noche desde Barcelona. Me sugirió llamarlo ‘Quítame la ropa’. Y yo le digo: “¿Qué? ¿Has estado bebiendo?” (risas). Me quedé tan preocupado que dije: “está misma noche tengo que ponerle título al álbum”. Y así nació ‘El tren de los momentos’.
La conversación de avión de Raquel Perera sobre su marido
Cuando Raquel Perera comenzó a trabajar para RLM, el sello que llevaba a Alejandro Sanz bajo las órdenes de Rosa Lagarrigue, no lo hizo para trabajar junto a él, pero así terminó siendo. Se conocieron en los carnavales de Cádiz y entre un compromiso profesional y otro, la llevó a comer a un restaurante de su familia y ya allí la presentó como “mi futura mujer”. Ella no le dio importancia, lo mismo hicieron sus padres cuando les contó que era su pareja. Hasta que un día se fueron a vivir juntos.
Diez años después, Raquel se sigue sintiendo aquella desconocida que conquistó a uno de los hombres más deseados de España. “Yo no soy un personaje público y nadie sabe con quién estoy casada. Hace poco en un vuelo a Lima, charlando con el vecino de asiento, el tipo me decía que había viajado para ver un show de su artista favorito, Alejandro Sanz. “No hay persona que más admire… ¿No me dirás tú, como española, que no te gusta Alejandro Sanz?”. El caso es que recogiendo el equipaje no sé cómo se había enterado de quién era yo y me dijo “¿De verdad eres su mujer? ¡No me lo creo!”, y yo le contesté: “Ni yo tampoco…”
El enfado de Alejandro Sanz con Lenny Kravitz
No necesita explicaciones previas, Alejandro explica en su libro perfectamente lo ocurrido: “Una noche acabé en un tablao de Madrid con Slash, de Guns ‘N Roses, y Lenny Kravitz, con Rosario Flores y Mariola Orellana, y más gente. Lenny se vino arriba y se puso a tocar encima de las guitarras, un poco en plan funk, y la gente: ‘Ole, ole…’, y yo: ‘Cómo que ole, si no da una’… El flamenco no es para cualquiera. Si no profundizas en él, no lo toques, escúchalo y disfrútalo, pero no lo toques, muestra respeto. El flamenco es otra cosa” .