Jacobo Fitz-James Stuart, el único de los Alba que llega a ARCO
Padre de dos hijos y dedicado por entero a su galería de arte situada en el Espacio Valverde (Madrid) junto a su mujer, Asela Pérez Becerril, Jacobo Fitz-James Stuart (35) es el primer y único nieto de la desaparecida duquesa de Alba que ha logrado ‘colocar’ una exposición en ARCO, la feria de arte contemporáneo más importante de nuestro país.
El matrimonio aristócrata lleva más de una década dedicada a su pasión, pero empezaron «de manera muy experimental», según cuenta el propio Jacobo a ‘LOOK’. Sin embargo, «para llegar a exponer en esta feria, hemos necesitado tres o cuatro años, que es el tiempo lógico en este caso».
El quinto nieto de la saga es el único de la misma que ha heredado el gusto por el arte de su abuela, y cuenta que «antes de ARCO, ya hemos podido exponer en ferias internacionales como las de Basilea, Nueva York, Dubái o Lima».
Sobre el evento, que se celebra desde este miércoles hasta el próximo domingo 26 de febrero, el hijo del conde de Siruela admite que «está con un poco de jaleo» en el momento en que este diario le hace la llamada. Y no es para menos, ya que, no solo es su primera vez exponiendo en el espacio que comprende más de 200 galerías de medio mundo -entre los países que se incluyen están Argentina, Alemania, Portugal o Estados Unidos-, sino que, además, el hermano de Brianda -mucho más visible que él en el panorama social-, va a contar con dos espacios diferenciados.
El primero, contempla las obras de Elena Alonso y Marta Fernández Calvo, dos artistas «jóvenes y que representan muy bien el espíritu de nuestras galerías», que tratan de contraponer «una casa familiar y muy extraña que nos muestra la primera en dibujo sobre papel, frente a la idea más conceptual del viaje y de no tener casa que imagina la segunda».
El segundo espacio es «una locura que se nos ha ocurrido sobre la marcha», admite Jacobo, y habla de «un salón que va a reunir a escritores y artistas en diferentes tertulias donde compartirán aspectos humanos, metafísicos, prácticos y cómicos de la vida de cada uno de ellos».
«Estamos un poco nerviosos pero creemos que va a salir muy bien», concluye Jacobo, el único aristócrata que, pese a escabullir su apellido en lo ‘underground’, ha sido el único que ha logrado rescatar la vena más artística de sus orígenes para plasmarla en un marco contemporáneo.