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¿Qué es la dieta "plant based" y cómo hacerla?

Un plan de alimentación saludable

Un estilo de vida saludable tiene dos pilares esenciales: alimentación y ejercicio físico. La dieta «plant based» no es un plan estricto para adelgazar, sino una filosofía de vida para quienes desean seguir un plan de alimentación sano y equilibrado, con los productos naturales como protagonistas. El objetivo es cuidar la salud y sentirse bien con una misma.

Dieta plant-based: en qué consiste

Pero, ¿en qué consiste realmente esta dieta? En priorizar el consumo de vegetales: verduras, frutas, semillas, frutos secos, legumbres… No, no es una dieta vegana o vegetariana. La plant-base sí admite los alimentos de origen animal, aunque prioriza el consumo de vegetales.

Tal y como indica la Academia de Nutrición y Dietética, todos los planes de alimentación basados en plantas son más sostenibles desde el punto de vista ambiental que los ricos en productos naturales. La razón es que utilizan muchos menos recursos naturales, lo que conlleva un menor impacto al medio ambiente.

Por lo tanto, esta dieta no es sólo una gran opción para cuidar la salud, sino también el mundo que nos rodea. Frenar el cambio climático es tarea y responsabilidad de todos, y cambiando pequeños hábitos podemos contribuir de forma significativa a ello.

¿En qué se basa la dieta plant-based?

Tal y como hemos indicado, el principio más importante de este plan de alimentación es el consumo de alimentos de origen vegetal. Es importante priorizar el consumo de frutas y verduras, frescas y de temporada. Los nutricionistas señalan que lo recomendable es tomar cinco piezas de estos alimentos al día.

Las verduras de hoja verde son las mejores de todas: kale, espinacas, acelgas… La forma de prepararlas también es muy importante. Lo mejor es cocinar al vapor o a la plancha para no añadir calorías innecesarias y conservar todas sus propiedades.

Para poner en práctica la plant-based es esencial cambiar la manera de pensar sobre la carne. Por supuesto, su consumo está admitido, pero lo ideal es que las cantidades sean más pequeñas. En vez de utilizar la carne como plato principal, se puede tomar como guarnición.

Por supuesto, hay que elegir siempre grasas buenas, que reducen los niveles de colesterol malo y cuidan la salud cardiovascular. Las nueces, el aceite de oliva y el aguacate son grandes alternativas.

Al menos tres días por la semana una de las comidas principales debe ser vegana. Estas comidas hay que construirlas en base a granos integrales, legumbres y verduras.

Para el desayuno los cereales integrales son imprescindibles: avena, quinoa, trigo sarraceno… Son alimentos muy saludables y con un gran valor nutricional, que además aportan la energía necesaria para todo el día.

Y, por último, cada dos días hay que tomar una ensalada en la comida o en la cena. Prepara una ensalada de lechuga o de espinaca, y añade otras verduras junto con hierbas frescas.

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