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Casi ocho meses después de ponerlo a la venta, los Reyes Alberto y Paola de Bélgica se han visto obligados a bajar drásticamente el precio del yate donde pasaban parte de sus vacaciones de verano. El Alpha IV, denominado asó por las primeras letras de los nombres de pila de los padres de Felipe de los Belgas, fue el lugar de recreo predilecto de los anteriores monarcas, desde el año 2009 hasta el 2019. Una exclusiva embarcación que la pareja adquirió por aproximadamente 4,6 millones de euros y que pusieron a la venta por menos de la mitad.
Sin embargo, por el momento parece que el espectacular barco no encuentra comprador. Tanto es así que se ha optado por reducir aún más su precio, en concreto, 250.000 euros menos, lo que hace que los interesados puedan adquirirlo por poco más de un millón y medio de euros.
Con capacidad para nueve invitados y cuatro miembros del personal de tripulación, se convirtió durante un tiempo en el máximo exponente de la dolce vita de los anteriores reyes por el Mediterráneo. Era muy habitual ver a la pareja tomando el sol en cubierta, evitando por todos los medios las miradas de los curiosos y los paparazzi, aunque era algo que no siempre resultaba posible.
La compra de la embarcación en agosto de 2009 por parte del rey Alberto de Bélgica generó importantes críticas, por el ambiente de crisis económica que azotaba el país. De hecho, el propio monarca había criticado la ‘sociedad materialista’ en un discurso público un mes antes de comprar el barco. Algo similar a lo que ocurrió en el verano de 2020 con el nuevo yate de los Reyes de Holanda, que en plena pandemia fueron vistos a bordo de la impresionante embarcación de dos millones de euros en las aguas de Grecia.
Más allá del precio del yate en sí, lo cierto es que la embarcación siempre ha estado en el punto de mira, sobre todo por los gastos de combustible y de mantenimiento. Tras su abdicación, el propio Rey Alberto solicitó que el Gobierno se hiciera cargo de estos gastos pero, al no ser ya jefe del Estado, el Ejecutivo rechazó esta solicitud. Esto ha podido ser uno de los motivos que ha llevado a los anteriores reyes de Bélgica a optar por vender el barco y evitar gastos innecesarios.
Según ha comentado a un diario belga el experto Thierry Debels, el padre de Felipe VI consiguió que el Estado pagara casi todos los gastos del yate que, además no es propiedad del Ministerio de Defensa, pero navega bajo la bandera de la Armada: “pudo registrar su barco como embarcación militar y, por lo tanto, nunca pagó las tarifas de registro. También se eliminó el IVA en la compra, ya que supuestamente se trataba de un buque militar. Los gastos de amarre del Alpa IV también están cubiertos por el Estado belga”, ha explicado.