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Para la Reina Isabel, sus mascotas eran parte de su familia. La monarca sentía un gran afecto tanto por sus caballos como por sus perros. De hecho, era muy habitual ver a la soberana disfrutando de largos paseos con sus pequeños corgis, o montando a caballo en Balmoral o los terrenos de Windsor, es más, hace poco han visto la luz unas últimas imágenes de la madre del Rey Carlos, poco antes de su muerte, paseando en las inmediaciones del castillo escocés con sus perros.
Unas mascotas que ahora se han quedado ‘huérfanas’. No solo los corgis, sino también, Emma, el poni que la monarca montaba de manera regular y que, según han informado recientemente desde el Palacio de Buckingham, seguirá en las caballerizas reales, donde se ocuparán de su cuidado.
Sin embargo, en lo que respecta a sus corgis, son los duques de York los que se han hecho cargo de ellos. Un detalle que ha llamado especialmente la atención, porque remarca, una vez más, que el el príncipe Andrés era el más cercano a la Reina. A pesar de que Andrés y Sarah Ferguson están divorciados, ambos viven juntos en el Royal Logde y siguen allí hasta que el Rey Carlos tome alguna decisión determinante sobre su futuro. Algo que no parece que vaya a ser inmediato.
Aunque el duque de York de momento no se ha pronunciado y permanece en un discreto segundo plano, su ex esposa ha hecho unas breves declaraciones al diario The Telegraph, en las que ha hablado sobre cómo se encuentran los perritos de la Reina Isabel, a los que no dudó en acoger tras la muerte de la monarca. Tal como ha asegurado, para ella ha sido un gran honor poder cuidar a Sandy y a Muick -así se llaman los perritos-, y considera que son “tesoros nacionales”. La Duquesa ha dicho que las mascotas están muy bien educados.
Los dos corgis de la Reina Isabel se unen a los cinco cachorros que Sarah y Andrés ya tienen en su casa. Según ha declarado, parece que Muick y Sandy se han adaptado muy bien a su nuevo hogar: “Todos se han entendido estupendamente”. No hay que olvidar que Muick fue un regalo del príncipe Andrés a su madre el pasado año, durante la pandemia, es más, el duque de York ha sido quien ha obsequiado en los últimos tiempos a la soberana de este tipo de mascotas. El Príncipe le compró dos cachorros a la Reina cuando el duque de Edimburgo ingresó en el hospital, pero cuando uno de ellos, Fergus, falleció, la Reina se quedó desolada, por lo que le regaló otro, Sandy.
Por este motivo, no es extraño que los York hayan sido los elegidos para cuidar de las mascotas de la Reina. Aún así, es un bonito detalle que remarca la confianza y el apoyo de la soberana a su hijo Andrés y a la que fuera su nuera, con la que tuvo varios desencuentros a raíz del divorcio. Mientras que el duque de Edimburgo nunca perdonó a Sarah, la Reina sí que recuperó la relación con ella y volvió a hacerle un hueco en la familia. No hay mayor prueba de ello que el hecho de que se haya convertido en custodia de sus queridas mascotas.