Letizia y un look que hace inevitable las comparaciones 11 años después
Visita de estado de los presidentes de Israel a los Reyes de España. Felipe VI y Letizia hacen de anfitriones perfectos en el Palacio Real. Para la ocasión, la Reina elige una de las piezas más fastuosas de su armario, un look vintage compuesto de falda estilo mantón, rematada en cola, con estampado floral y bustier. Lorenzo Caprile está detrás de la confección de un estilismo que, casi sin quererlo, ha avivado el debate sobre la evolución estética de Letizia.
Y lo ha hecho porque se trata del mismo conjunto que la Reina eligió hace once años, en 2006, durante la celebración de las Bodas de Plata de los Grandes Duques de Luxemburgo, Enrique y María Teresa. Aunque bien es cierto que ya había estrenado el bustier y la falda por separado antes. Basta con echar un vistazo rápido a la comparativa de imágenes entre 2006 y 2017 para darse cuenta del radical cambio estético que ha experimentado Letizia.
Ha sido la revista ‘Semana’ la que ha enfrentado ambas instantáneas en la portada de su nuevo número. A la izquierda vemos a la asturiana en su recepción a los israelitas, mientras que en la derecha en 2006, durante el evento con los duques de Luxemburgo. Dicen que las comparaciones son odiosas, pero en esta ocasión es (casi) irrechazable hacerlas.
Salta a la vista el espectacular cambio físico de la Reina. En aquel momento ostentaba el título de Princesa de Asturias y sus rasgos físicos conservaban una mayor naturalidad. Nariz y barbilla afiladas y ni rastro de la septoplastia que se hizo en 2008 para corregir el tabique nasal, mejorar sus problemas respiratorios y dulcificar sus facciones. Sus pómulos o labios son otras de las zonas que Letizia se ha retocado durante todos estos años, con vitaminas, ácido hialurónico o bótox.
Por supuesto, no todo el cambio de la consorte se debe a operaciones de cirugía estética. Con el paso del tiempo ha optado por poner en juego tendencias de maquillaje y de peinados, creando un estilo propio, elogiado y criticado a partes iguales. 11 años es mucho, pero suficiente para reciclar un vestido vintage y recordar a todos que de princesa a Reina hay un trecho, en todos los sentidos de la frase.