Casa Real

XXI Aniversario del compromiso de los Reyes

De Letizia Ortiz Rocasolano a Reina de España, el día en el que todo cambió para ella

Hay cosas que pasan y que, por su importancia, siempre las recordarás con todo lujo de detalles como dónde estabas comiendo ese día y con quién. Cosas de la memoria. El día 31 de octubre de 2003 recuerdo perfectamente qué estaba haciendo cuando Terelu Campos anunció en con T de Tarde que el entonces príncipe Felipe tenía novia y que esta era periodista. Estaba justamente viendo el programa porque era viernes, había terminado una dura semana en el periódico y estaba tumbada en el sofá porque era el plan ideal para relajarse. Terelu no dijo su nombre de entrada aunque, animada por su madre que desde su casa la estaba viendo, terminó por soltarlo. «Vamos a abrir nuestro programa con una noticia o presunta noticia o rumor. Según parece, Su Alteza Real el príncipe de Asturias tiene novia. Quienes así lo afirman aseguran que próximamente la Casa Real confirmará de manera oficial esta noticia. Se habla de una chica, de familia conocida, española. Es periodista, profesional de este medio, la televisión… De la televisión pública», dijo para agregar segundos más tarde «tiene apellido de magdalena», para agregar uno de sus colabores «Ortiz».  Alea jacta est . Imagino que en Zarzuela empezaron a temblar y pusieron en marcha la maquinaria porque ni 24 horas tardarían en lanzar el comunicado del compromiso de, efectivamente, el príncipe con Letizia Ortiz Rocasolano.

Al día siguiente, 1 de noviembre, festivo y sábado, y con prácticamente toda España metida en casa (creo recordar que teníamos tiempo muy desapacible), Helena Resano interrumpió la programación de TVE para dar paso desde el plató desde donde se emitía el telediario, a la lectura del comunicado que acababa de emitir la Casa Real:

«Sus Majestades los Reyes tienen la gran satisfacción de anunciar el compromiso matrimonial de Su hijo, Su Alteza Real el Príncipe de Asturias Don Felipe, con Doña Letizia Ortiz Rocasolano. La petición de mano tendrá lugar en el Palacio de la Zarzuela el próximo jueves, día 6 de noviembre. La boda se celebrará a principios del verano de 2004 en la Catedral de Santa María la Real de la Almudena de Madrid».

El príncipe habría presionado a Casa Real para dar la noticia por sus antecedentes. No quería, bajo ningún concepto, repetir la historia que le había pasado con Eva Sanumm, a la que había tenido que dejar porque había trascendido la noticia del noviazgo que no es lo mismo que un compromiso. Este último «impone» de una manera informal un respeto por parte de la prensa, al menos hace 21 años, a la figura de la prometida. De hecho, recuerdo, enseguida llegó a las redacciones la sugerencia de referirse a Letizia, hasta ese momento, compañera, como doña Letizia, tratamiento que rara vez dejamos de usar desde entonces. Ese o el de su dignidad, primero princesa de Asturias, ahora Reina.

Una vez emitido el comunicado, que trajo consigo horas y horas de tertulias, se preparó la aparición de la feliz pareja para dos días más tarde, el 3 de noviembre, compareciendo ante los medios para contar lo felices que estaban y los regalos que se había dado. Ese día doña Letizia, que pasaba de ser transmisora de noticias a protagonizarla, se dio de bruces con la cruel realidad que todavía la persigue: las implacables críticas.

El primer gran bulo: Letizia nunca mandó callar al entonces príncipe de Asturias

Nunca he estado de acuerdo con la idea que entonces circuló y todavía sigue: que Letizia mandó callar al príncipe. Tal cosa no sucedió y para eso tenemos la bendita hemeroteca. Ella estaba hablando y él la interrumpió, algo que a cualquiera le puede molestar y más en un momento de gran nervios como era aquél. Ella, de manera absoluta y natural y con un tono bastante dulce, por cierto, lo miró y le dijo con cariño y de manera desenfadada: «déjame terminar», que es algo muy distinto a mandar callar a alguien. Esa anécdota la ha perseguido y todavía 21 años más tarde siguen recordando algo que no sucedió ni de lejos. A veces me pregunto qué hubiera sucedido si eso hubiera pasado hoy, en 2024.

Muchos bulos han tenido lugar desde entonces sobre ella y basados en meras especulaciones sin base alguna. Bulos que doña Letizia, por su condición, no puede contestar y que tiene que soportar porque «va implícito» en el cargo.

Después llegó la boda aquel 22 de mayo lluvioso pero que hizo honor al dicho «novia mojada, novia afortunada». Y es que el matrimonio que conforman los Reyes, que habrán pasado sus más y sus menos como todos, son hoy una pareja orgullosísima de sus dos hijas (con razón) y que no han dado ningún quebradero de cabeza en forma de escándalo, más bien todo lo contrario. Son un ejemplo de prudencia, quizás demasiada, transparencia y buen hacer. Incansables los cuatro y con buena parte de los deberes hechos.

Los reyes Felipe y Letizia, en el día de su boda. (Foto: Gtres)

La continuidad, resuelta en las figuras de Leonor, princesa de Asturias y la infanta Sofía

La continuidad está en su hija y heredera, la princesa de Asturias, Leonor de Borbón. La pequeña niña con rizos rubios que cautivó a todos cuando era pequeña lo sigue haciendo ahora con los partidarios de la Monarquía e incluso con muchos detractores porque los Reyes han hecho bien los deberes, han educado bien a la que será la jefa de Estado. Además, han tenido la suerte, porque eso ya es aleatorio, de que la princesa Leonor, ha nacido con un porte regio, es decir, se la ve con una clara vocación a lo que le ha tocado por destino. No siempre los herederos salen así. Pero cuando lo hacen, y ojalá sea este el caso, dan grandes reinados, como el que ejerció Isabel II de Inglaterra que desde muy joven demostró esa prestancia y actitud a lo que el destino le regaló si haberlo pedido.

Así que 21 años más tarde de aquel anuncio de noviazgo primero, y compromiso después, se puede decir que las dudas han quedado resueltas. Los Reyes de España se eligieron bien mutuamente, la Reina Letizia cumple perfectamente con el papel que de ella se espera, independientemente de las críticas que reciba (generalmente por cómo viste, que si demasiado, que si poco…) y, lo más importante, además de ser Familia Real, han logrado ser una familia real, un hogar y eso trasciende en sus gestos y miradas, en sus complicidades cuando están juntos. Algo que no puede improvisarse.

La Reina sí sonríe

La Reina Letizia.

Para la realización de este artículo he repasado las fotos de la Reina Letizia desde aquel día hasta hoy. Un repaso rápido y muy por encima porque de ella hay miles de imágenes. Y hay una cosa clara, la Reina se reía muchísimo al principio. Quizás las críticas a que ahora se muestra fría vengan de todas las que vinieron antes porque sonreía demasiado. Ser la Reina de España no debe de ser nada fácil.

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