Así es el nuevo ‘paraíso tropical’ del príncipe Guillermo
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Cuando el príncipe Guillermo asumió el título de duque de Cornualles el pasado año y se convirtió, además, en príncipe de Gales, heredó todas las propiedades del Ducado de Cornualles, que incluye granjas, urbanizaciones, siete castillos, bosques, costas y propiedades comerciales. Entre ellas se encuentra la casa de Gales que adquirió hace unos años el rey Carlos y en la que siempre pasa unas semanas en verano. Una propiedad que, según ha trascendido, se ha convertido en foco de discordia entre padre e hijo, porque Guillermo quiere liberarla y ponerla en alquiler, respetando, eso sí, unas semanas al año para que su padre pueda pasar sus vacaciones -con la condición de que pague un alquiler por uso, como el resto de personas que quieran disfrutar de la casa-.
Más allá de esta polémica, lo cierto es que el Ducado de Cornualles cuenta con otros atractivos, por ejemplo, un espectacular archipiélago a pocos kilómetros de la costa de Cornualles, que ha sido descrito por muchos como todo un paraíso tropical: las islas Sorlingas.
A las Sorlingas se puede llegar en barco -un trayecto de unas tres horas-, helicóptero o avión, y es un destino ideal para aquellos que buscan tranquilidad y sosiego, sobre todo, porque las islas ofrecen tan solo 5000 plazas turísticas, lo que hace que nunca parezca que estén abarrotadas. Tras el relevo generacional, ahora son propiedad del príncipe Guillermo, como parte del Ducado de Cornualles, aunque el príncipe de Gales solo recibe un narciso al año por parte del Isles of Scilly Wildlife Trust.
A lo largo de los años, el heredero ha ido en varias ocasiones a las islas, tanto de visita oficial como de vacaciones. Por ejemplo, en 1989 estuvo con sus padres y su hermano, el príncipe Enrique, pero también ha estado en 2016 con Catalina Middleton y en 2020, en la pandemia, en un viaje privado para apoyar al turismo. En aquella ocasión, los entonces duques de Cambridge se alojaron en una casita propiedad del rey Carlos III, en la isla de Tresco. Parece que también han ido alguna vez más, pero no hay muchos detalles sobre sus visitas.
Son varias las islas que conforman este archipiélago, pero Tresco es la más famosa. La isla ofrece gran cantidad de actividades para disfrutar en familia, desde pescar cangrejos en las idílicas playas hasta montar en bicicleta. El jardín subtropical de la Abadía de Tresco, que se encuentra dentro de las ruinas de un priorato benedictino, se encuentra en el sur de la isla. En el paisaje encontramos palmeras de Nueva Zelanda, ardillas rojas y coloridas suculentas de gran tamaño. También merece la pena visitar el Museo Valhalla, que exhibe una colección de mascarones de proa recogidos de naufragios alrededor de las islas. Sin duda, un destino ideal para unas vacaciones familiares en el que Catalina y Guillermo han encontrado su propio paraíso particular a poca distancia de casa.