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EXCLUSIVA: El escondite secreto de Juan Carlos I en su visita exprés a Madrid

Juan Carlos I aprovechó su estancia en Madrid para ir a casa de unos amigos.

Se trata de un matrimonio de su pandilla de Galicia, de su grupo de regatas.

El padre de Felipe VI nunca se queda a dormir en la capital.

  • Lito Reyes
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El 60 cumpleaños de la infanta Elena ha sido el escenario ideal del reencuentro de la familia de Felipe VI, al que no ha faltado Juan Carlos I, entre otros. El padre del actual jefe del Estado, muy unido a su hija mayor, no quería perderse la oportunidad de estar junto a la duquesa de Lugo en esta fecha tan especial y, de hecho, se ha mostrado visiblemente emocionado, tanto a la entrada del restaurante en el que se llevó a cabo el almuerzo, como al terminar, cuando dijo que «ojalá más reuniones familiares».

Juan Carlos en el sesenta cumpleaños de la infanta Elena. / Gtres

Ha sido poco después de las 14:00 cuando los miembros de la familia del Rey han empezado a llegar al local, al que don Felipe y doña Letizia han entrado los últimos. Sin embargo, el padre del monarca aterrizaba en España procedente de Ginebra sobre las 11:30, y no se dirigía al Palacio de la Zarzuela -donde sí se han reunido otros familiares. Esto ha sembrado la duda sobre los planes del padre del Rey en esas horas previas al reencuentro con su familia. En LOOK tenemos los detalles.

La parada de Juan Carlos I

El padre de la duquesa de Lugo llegó a la capital a las 11:30 y en torno a las 12:00 abandonó las instalaciones del Aeropuerto Adolfo Suárez. Desde ahí, don Juan Carlos se dirigió a casa de unos amigos, tal como ha podido saber este digital. En concreto, Juan Carlos se trasladó hasta uno de los barrios más exclusivos de la capital, ubicado a poca distancia del restaurante en el que tuvo lugar el posterior almuerzo.

Juan Carlos I en Sangenjo con su pandilla de regatas. / Gtres

El vehículo de Juan Carlos I aparcó en una plaza de garaje que pertenece a la vivienda de un matrimonio amigo, el de Mauricio Sánchez-Bella y Alicia Freire. Fue en su casa en la que se quedó desde que saliera del aeropuerto hasta que comenzara el almuerzo en el restaurante de Coco Montes. En ningún momento pasó por el Palacio de la Zarzuela y, tras la comida, regresó a Ginebra.

Una relación estrecha

Aunque no hay imágenes del encuentro de Juan Carlos I con el matrimonio formado por Mauricio Sánchez-Bella y Alicia Freire, ambos forman parte de su círculo íntimo, en concreto, del grupo de amigos de Galicia del padre de Felipe VI, donde más cómodo se encuentra. Una ‘pandilla’ que también incluye a Pedro Campos o al armador Josep Cusí, entre otros.

Mauricio Sánchez-Bella es el artífice de que don Juan Carlos haya podido volver a navegar. Así lo contó hace algunos años el propio Pedro Campos: «Mauricio había adquirido y restaurado un tipo de barco ya muy antiguo, que no se fabricaba desde hacía muchos años, pero que resultaba el ideal para que Su Majestad pudiese volver a tomar la caña: se trata de un barco estrecho, donde tanto el patrón como el resto de la tripulación van muy encogidos, muy fijados a sus puestos. Es duro, pero, en cambio, es más seguro en el sentido de que, a bordo, apenas te puedes mover».

Juan Carlos I en Sangenjo con su pandilla de regatas. / Gtres

Y es que la historia del resurgir de la clase 6 Metros en España está ligada a la figura de Juan Carlos I, pero también a Mauricio Sánchez-Bella, presidente de la Asociación Española de la Clase 6 Metros y dueño del ‘Acacia’. En unas declaraciones a Expansión en 2018 explicó algunos detalles de este tipo de embarcaciones: «Un 6 Metros es como un Dragón adulto. España ya tuvo tradición de 6 Metros en la década de 1930, cuando la flota llegó a tener cerca de 30 barcos. Los mejores diseñadores crearon embarcaciones para la flota española, basada en los alrededores de Bilbao y más tarde en Barcelona». En la misma entrevista, Sánchez-Bella comentó lo mucho que don Juan Carlos ha hecho por la clase 6 metros: «Juan Carlos I ha presentado la clase a muchos, muchos amigos suyos».

Además de Mauricio Sánchez-Bella, también su mujer, Alicia Freire, forma parte del círculo de Juan Carlos I, y de la infanta Elena. Alicia Freire es la propietaria del velero ‘Titia’, con el que la duquesa de Lugo participó en la Copa del Rey de Vela en el año 2018.

Unidos por una pasión

Además de por su afición por las regatas, curiosamente, el ‘Bribón’, y el barco de Mauricio Sánchez-Bella, el Acacia, son gemelos. Fue en el año 2015 cuando se conoció que don Juan Carlos iba a estrenar embarcación, adquirida en Finlandia. Era la primera vez en siete años que volvía a navegar y lo hacía en Sangenjo. Los portavoces del Club Náutico explicaron entonces que este nuevo Bribón -antes llamado ‘Ian’- era embarcación clásica de la clase 6mR, de la que solo existían 500 unidades en todo el mundo.

La infanta Elena con la tripulación del ‘Titia’. / Gtres

Curiosamente, el barco gemelo del Bribón es el acacia, cuyo armador, Mauricio Sánchez-Bella, fue uno de los que viajó a Finlandia con Juan Carlos I en busca de la embarcación: «Se buscó un barco lo más parecido posible al Acacia, y tanto el mío como el nuevo Bribón son del mismo diseñador, construidos en el mismo año y astillero», explicó entonces Sánchez-Bella a El Faro de Vigo.

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