El cómplice momento del rey Carlos y la nueva duquesa de Edimburgo que demuestra su buena sintonía
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La Familia Real Británica ha participado este lunes, 13 de marzo, en varios actos con motivo de la celebración del Día de la Commonwealth. Ha sido la primera vez que el rey Carlos III ha presidido los diferentes compromisos de esta importante jornada para ‘La Firma’, desde la muerte de la Reina Isabel el pasado mes de septiembre. Sin embargo, el monarca no ha sido el único protagonista. Gran parte de la atención la ha concentrado su hermano menor, el príncipe Eduardo y su esposa, Sophie, recién nombrados duques de Edimburgo.
El pasado viernes, 10 de marzo, por el cumpleaños del hasta entonces conde de Wessex, el soberano anunció la concesión de este título al príncipe Eduardo. Un título que anteriormente había llevado su padre, el príncipe Felipe y que tiene, por tanto, muchos vínculos familiares. Según había trascendido en el pasado, la Reina Isabel había llegado a un acuerdo con su hijo menor para que, llegado el momento, recibiera este título que tenía que ser creado de nuevo por el monarca actual, como así ha sido. No obstante, al margen de los rumores que apuntaban que Carlos quería el título de duquesa de Edimburgo para su nieta mayor, la princesa Carlota, lo cierto es que se lo ha concedido a su hermano menor con algunas condiciones, como el hecho de que sea un título vitalicio, que no pasará a su hijo, sino que volverá a la Corona una vez Eduardo muera.
Los duques de Edimburgo protagonizaron una visita a Escocia apenas unas horas después de conocerse la noticia de su nuevo título. Una visita muy emotiva en la que el príncipe Eduardo, con la voz entrecortada, se mostró feliz de poder llamar por primera vez a su mujer ‘duquesa’. Sin duda, para ambos es un gran momento, que refleja que el nuevo monarca cuenta con ellos para su monarquía renovada.
Pero, más allá de gestos institucionales, son las pequeñas cosas las que marcan la diferencia y precisamente en el servicio religioso que se celebró en la Abadía de Westminster fuimos testigos de un detalle que evidencia la especial complicidad entre el rey Carlos y su cuñada. Mientras la Familia Real esperaba de pie en uno de los pasillos del templo, el monarca y la nueva duquesa de Edimburgo compartieron risas y confidencias, incluso, Sophie dio un ‘toquecito’ con el hombro a su cuñado, ante la atenta mirada de su marido, que sonreía feliz.
En un momento complicado para la institución, los nuevos duques de Edimburgo, junto con la princesa Ana, son algunos de los apoyos fundamentales para el rey Carlos, que cuenta además, con la inestimable ayuda de su esposa y de los príncipes de Gales. Aunque los planes de Carlos pasan por una monarquía cada vez más reducida, está claro que en el corto -y quizás también medio plazo-, su hermana y su hermano menor tienen cabida en la estructura de ‘La Firma’, de la que solo queda fuera el duque de York por motivos tan evidentes que sobran las explicaciones.