Los duques de Cambridge se gastan 23000 euros en una valla contra curiosos
Kate y Guillermo evitan así que se capten imágenes de ellos en actitud cariñosa.
No volveremos a ver a los duques de Cambridge recorriendo de la mano el camino que separa su apartamento del Palacio de Kensington hasta la zona en la que despega el helicóptero que suelen utilizar para sus traslados oficiales. Un pequeño trayecto de los jardines del recinto que hasta ahora estaba a la vista de los curiosos y en el que en más de una ocasión se han captado tiernas imágenes de la pareja de la mano, algo que nunca ocurre en público.
Para evitar nuevas filtraciones se está construyendo una valla de casi 300 metros que evitará que los curiosos sepan cuándo los residentes del Palacio de Kensington abandonan el recinto o cuándo regresan a él. Una ‘frontera natural’ que ha costado la friolera de 23000 euros. Y es que en más de una ocasión, en redes sociales se han publicado vídeos de las salidas de algunos miembros de la Familia Real de su residencia captados por británicos que se encontraban en las inmediaciones de Kensington. La última vez fue el pasado mes de marzo, horas antes de que los Duques realizaran una visita a Blackpol y el vídeo en cuestión se volvió viral ya que mostraba una faceta desconocida de Kate y Guillermo, al ir los Duques de la mano y en actitud cariñosa.
William and Kate being cuties and holding hands on their way to their helicopter 😭😭😭♥️ pic.twitter.com/8iPhGRVE9G
— Tea Time With The Cambridges (@TeaCambridges) March 6, 2019
La valla en cuestión estará compuesta por unos seiscientos árboles que otorgarán la privacidad deseada a los Cambridge y al resto de habitantes del Palacio de Kensingtpon, aunque son Kate, Guillermo y sus hijos quienes más interés despiertan entre los curiosos.
En el momento en que la familia se mudó al palacio en 2017, se plantaron una serie de coníferas que abarcaban una extensión de 250 metros en la parte oeste de los jardines, por motivos similares a los que ahora se ha colocado esta nueva ‘barrera’.
Desde el Palacio de Kensington no se ha confirmado que los trabajos tengan que ver específicamente con una cuestión de privacidad, sino que es habitual que los jardines se sometan a reestructuraciones cada cierto tiempo. [LEER: La estrategia de Obama para pasar desapercibido en Sevilla]