La persona en la que don Juan Carlos ha encontrado su refugio
Don Juan Carlos vive sus momentos más extraños, alejado de los grandes eventos de la Casa Real, el rey emérito ha encontrado en una persona su principal refugio
264 kilómetros se cuentan entre Oviedo y Sanxenxo. Una distancia que separó, durante el fin de semana, a la representación de la Casa Real en los premios Princesa de Asturias y a don Juan Carlos. Mientras el rey emérito se encontraba en una cena benéfica en la localidad gallega, su hijo, el rey Felipe, presidía los galardones más relevantes de la Corona española junto a la reina Letizia y su mujer, la reina emérita Sofía. Pese a que la Audiencia Nacional dictaminara que la investigación por los audios de Corinna sobre el monarca serían archivados, la distancia entre don Juan Carlos y la Familia Real parece más lejana que nunca. Sin embargo, hay una persona que se ha convertido en el refugio infalible del monarca: su querido íntimo amigo Pedro Campos. A sus 68 años, el regatista (que cuenta con 16 campeonatos del mundo a sus espaldas) ha demostrado una leal amistad a don Juan Carlos, acogiéndole en Sanxenxo en los momentos más duros del padre de Felipe VI.
Es en la localidad gallega donde Juan Carlos ha encontrado la paz en medio de su tormenta. Una lesión de muñeca, a consecuencia de sus problemas de espalda, fue la razón que justificó la ausencia del monarca en las tradicionales vacaciones de la Familia Real. «Está fastidiado», llegó a declarar Felipe VI. Quien sí acudió a las regatas de la Copa de Vela de Palma fue Pedro Campos, con el ‘Bribón’, el navío que tantas buenas jornadas le ha otorgado a don Juan Carlos. El equipo ganó y pudo dedicarle una más que simbólica victoria. En Sanxenxo, Pedro Campos ejerce incluso de anfitrión con don Juan Carlos, ya que, según han publicado diversos medios como ‘El Español o Vanity Fair’, el monarca no acostumbra a alojarse en un cómodo hotel rural como antaño, sino que prefiere la cercanía y hospitalidad del chalet de Campos, muy cercano al Real Club Naútico de Sanxenxo. Ahí ha encontrado Juan Carlos la felicidad alejado de los grandes focos de la monarquía, disfrutando de la gastronomía gallega y del puerto de Sanxenxo, siempre con Pedro Campos como camarada de faena.
Enemigo del café y amante de la fruta, Pedro Campos nació Cuntis (Pontevedra) y, como quién dice, nació con un navío debajo del brazo, saliendo a navegar desde los tres años junto a su padre, Marcial Campos. Compañero inseparable en la mar de Juan Carlos, Pedro Campos ha demostrado ser de los pocos que se mantienen al lado del monarca en sus momentos más duros. El pasado viernes, don Juan Carlos presidió la cena benéfica para recaudar fondos por el día internacional del cáncer de mama para el club náutico de Campos. A su lado estuvo la infanta Elena, que ha pasado a ser el mayor apoyo familiar del emérito.
La Reina Sofía y su actual papel
Mientras tanto, su esposa, la reina Sofía, ha asumido un papel muy diferente al de don Juan Carlos en la agenda oficial de la Corona Real española. Si los viajes del rey han pasado, desde hace varios meses, a considerarse de carácter privado, la reina Sofía ha visto incrementado exponencialmente su labor. De hecho, doña Sofía ha sido figura principal de algunos de los momentos más importantes de la monarquía en su situación más crítica. Junto a sus nietas, Leonor y Sofía, y a su nuera, la reina Letizia, fueron protagonistas del paseo ‘de chicas’ por el mercado de Mallorca. Más recientemente, doña Sofía ejerció de representante oficial de la Corona en la gran boda en la Casa de Alba. Su aparición junto a Letizia y Felipe en los premios Princesa de Asturias no hace más que confirmar el papel reservado para la reina emérita.
Este pasado domingo, fuentes cercanas a Zarzuela del periódico ‘La Razón’ aseguraban que el trato entre don Juan Carlos y doña Sofía había mejorado tras un largo tiempo de tensión y lejanía. Un acercamiento que, de momento, no se ha escenificado. Suman casi medio año los días que llevamos sin ver una fotografía de los reyes eméritos de España juntos. Cada uno cumpliendo su actual papel, cada uno con su refugio.