Carlos de Inglaterra: la pesada losa a la que se enfrenta el nuevo rey
Más allá de Felipe de Edimburgo: los dramas que han marcado la última etapa de la reina Isabel
Kate Middleton y Camilla Parker: herederas antagónicas del estilo de Diana entre los Windsor
La Reina Isabel, tras los pasos de Sherlock Holmes: Protagonista de un curioso libro
Radiante y entre estrellas: la Reina Isabel reaparece a escasos días de su Jubileo de Platino
Cincuenta y tres años después de que fuera nombrado como príncipe de Gales -en 1969 en el Castillo de Caernafon-, el momento de Carlos de Inglaterra por fin ha llegado. Más de medio siglo a la sombra de una monarca que ha significado todo para el Reino Unido. La Reina Isabel ha sido una soberana de récord, por encima incluso de su antepasada, la Reina Victoria. Asumió el difícil papel de reinar con poco más de veinte años y, aunque por nacimiento no estaba destinada a ocupar la jefatura del Estado, Isabel II no tuvo reparos en cargar con esa responsabilidad. Su muerte significa el fin de una era, pero el comienzo de una nueva etapa en una monarquía con ‘pies de barro’.
Los últimos tiempos han sido especialmente complicados para la familia real. A pesar de la cohesión que ha propiciado la monarca, la distancia entre sus miembros, así como las polémicas, han generado un clima más que complicado. Este es el escenario en el que el príncipe Carlos asume la jefatura del Estado.
Sí han trascendido algunos detalles de sus próximos planes. Carlos ha sido un firme defensor de que la institución sea una institución útil y en su mente está reducir La Firma a su expresión más básica. Esto implica un cambio importante en la estructura de la institución, que no será inmediato, pero que se irá concretando con el paso del tiempo.
Entre los planes de Carlos está que solo los miembros destacados de la familia representen a la corona, esto es, el rey, su esposa y sus dos hijos, aunque esto tiene matices, ya que Harry y Meghan llevan tiempo desvinculados de la institución. Aunque no será algo que se produzca de manera inmediata, en un futuro, el resto de hijos de la Reina Isabel pasarán a un segundo plano.
Algo que, por una parte, afecta de manera directa al príncipe Andrés, que recientemente solicitó a la Reina volver a tener un papel activo, después de que se cerrara su cuenta pendiente con la Justicia norteamericana por la denuncia de Virginia Giuffre. Sin embargo, al no haber llegado a los tribunales no se ha demostrado su inocencia o su culpabilidad, por lo que sigue en el punto de mira para los británicos.
La Reina Isabel ha sido más que un símbolo para Reino Unido. Más de setenta años al servicio de los británicos, un legado que ahora tendrá que mantener el príncipe Carlos. Una de las tareas más complejas a las que se ha tenido que enfrentar el hijo mayor de la monarca, cuyo papel ha estado durante mucho tiempo en la cuerda floja y con la pesada losa de los escándalos. God Save the King!