Carlos III recibe el alta y abandona el hospital junto a Camila

Tres días después de ingresar en The London Clinic para someterse a una intervención para tratar su agrandamiento de próstata, el Rey Carlos III ha recibido el alta. Muy sonriente y acompañado de su esposa, la Reina Camila, que ha estado muy pendiente del monarca en todo momento, Carlos ha salido por la puerta principal del centro médico con sede en la esquina de Devonshire Place y Marylebone Road, en el centro de Londres, por su propio piez; y al tiempo que la Casa Real británica ha emitido un comunicado actualizando su estado de salud. «El Rey ha sido dado de alta esta tarde del hospital tras el tratamiento médico previsto y ha reprogramado sus próximos compromisos públicos para permitir un periodo de recuperación privada», comienza diciendo el escrito.

«Su Majestad desea agradecer al equipo médico y a todos los que apoyaron su visita al hospital, y agradece todos los amables mensajes que ha recibido en los últimos días», termina. Fue el pasado día 17 de enero, cabe recordar, en este sentido, cuando el gabinete de prensa de la institución del Reino Unido emitió, de igual forma, un comunicado, anunciado que el Rey Carlos III iba a pasar por quirófano «en los próximos días».

A su salida del hospital y antes de subirse al vehículo que esperaba al matrimonio real, a escasos metros del acceso al centro, Carlos III ha saludado amablemente y muy agradecido con la mano al grupo de curiosos y periodistas que se encontraban en las inmediaciones de la clínica. La misma, en la que ha permanecido durante trece días, y también hasta hoy, la princesa de Gales, Catalina, quien se sometió a una cirugía abdominal planificada, hace varios días, y retomará sus compromisos y funciones oficiales, previsiblemente, después de Semana Santa.

El alta de Catalina, es digno de mención aquí, ha sido muy diferente a la descrita del Rey Carlos. Y es que mientras que en el caso del hijo de la Reina Isabel II, que podría mantenerse todavía hasta un mes alejado de sus deberes públicos para centrarse por completo en su recuperación, su alta hospitalaria ha estado marcada por la cercanía con los ciudanos y naturalidad para con su afección; en el caso de la princesa de Gales, ha regresado a su casa de Windsor -información que ha transmitido el Palacio de Kensington a través de un nuevo comunicado-, pero sin ser vista.

Con la recuperación de Carlos III por delante, y con Guillermo y Catalina de baja, todo apunta, sea como fuere, a que la Reina Camilla seguirá siendo la figura visible de la Corona en la agenda oficial. Hace unos días, la natural de Londres aseguró, durante la inauguración de un espacio para ayudar a las víctimas de violencia doméstica en la Galería de Arte de Aberdeen, en el noreste de Escocia, que Carlos III se encontraba «bien» y que «deseaba volver al trabajo» lo antes posible.

¿Qué es el agrandamiento de la próstata?

La afección por la que Carlos III ha sido intervenido se denomina hiperplasia prostática benigna y, si bien es muy común entre las personas mayores de cincuenta años -pues se asocia a los cambios hormonales y el envejecimiento-; normalmente, no reviste gravedad. Asimismo, tampoco implica que se incremente el riesgo de desarrollar cáncer de próstata. «A medida que la próstata crece, puede presionar la vejiga y comprimir la uretra. Esto puede hacer más lento o bloquear el flujo de orina que sale de la vejiga. Con el tiempo, el músculo de la vejiga puede debilitarse al tratar de orinar a través de una uretra estrecha», señalan desde MedlinePlus.

«Cuando esto sucede, es posible que su vejiga no se vacíe por completo al orinar. Una uretra estrecha y una vejiga débil causan muchos de los problemas urinarios por HPB», añaden previo a especificar los síntomas más frecuentes de la hiperplasia prostática benigna, que incluye los siguientes: necesidad de orinar frecuentemente (micción frecuente) o con urgencia, dificultad para comenzar a orinar, o goteo después de la micción, entre otros.