Así es el Palacio Real de Olite que va a visitar Leonor como princesa de Viana
La princesa Leonor va a visitar Navarra en unos días
En la visita va a estar acompañada de los Reyes don Felipe y doña Letizia
La Casa de S.M. el Rey confirmó hace unos días la visita oficial de la princesa Leonor a Navarra. Una visita de dos días en los que la heredera estrenará uno de sus títulos menos conocidos, el de princesa de Viana -a pesar de que lo tiene desde el momento en el que don Felipe se convirtió en jefe del Estado-. La princesa estará acompañada de los Reyes, pero no de su hermana, la infanta Sofía, que ya ha empezado las clases en el Forward College de Lisboa.
En el programa de este viaje incluye varias paradas. Por ejemplo, una visita al Ayuntamiento de Viana, a las ruinas de la iglesia de San Pedro, al Ayuntamiento de Tudela, al Palacio del Marqués de San Adrián o al Castillo Real de Olite. Sin duda, el paso por Olite va a ser una de las paradas más interesantes por la historia del recinto y su estado de conservación.
El Palacio Real de Olite es el mayor conjunto de estas características conservado en Navarra, así como uno de los más importantes de la arquitectura civil gótica en España y a nivel europeo. Toda una maravilla del patrimonio cultural español. Se construyó a partir de finales del siglo XIV y se convirtió en sede del reino de Navarra con Carlos III -antes la corte estaba en el Palacio de los Teobaldos-. En 1925 fue declarado Monumento Nacional y también ha sido declarado Bien de Interés Cultural.
Hogar de Leonor de Trastámara
Fue Caros III el Noble, el que puso en marcha la construcción de este espectacular castillo a principios del siglo XV con el objetivo de que albergara su corte y que fuera un lugar cómodo y a la vez adecuado para la familia real. La construcción partió de una ampliación del antiguo castillo para dar lugar a un palacio cortesano. Las obras se prolongaron durante más de dos décadas.
Allí se instaló con su esposa, Leonor de Trastámara y durante su reinado -y con posterioridad- se fueron añadiendo detalles y edificaciones a la construcción principal, que le dieron el aspecto que tiene en la actualidad. De hecho, una de las cosas más llamativas de la construcción es su aspecto aparentemente desordenado. El Castillo de Olite nunca se planteó como un conjunto total, sino que poco a poco se fueron haciendo ampliaciones a lo largo de los siglos. En el recinto encontramos varias torres, jardines, fosos, murallas… que lo convierten en una de las fortificaciones más espectaculares de su época. Sin embargo, cuando Navarra pasó a formar parte del reino de Castilla, Olite cayó en desuso. Su estado se fue deteriorando con el paso de los años por la falta de mantenimiento, pero ya en el siglo XX se llevaron a cabo una serie de trabajos de restauración que le han devuelto su esplendor.
Una fortaleza moderna y lujosa
En el Castillo de Olite se aprecia de manera clara el estilo gótico francés. Aunque de la decoración interior ya no quedan más que algunos restos, sí que se sabe que estaba lujosamente ornamentado, por azulejos, vidrieras y exquisitos tapices. Todavía se pueden ver detalles del estilo mudéjar en las fachadas. Se sabe además que en la construcción y decoración del castillo participaron artistas de diferentes partes del mundo.
Una de las cosas que más llama la atención es que el castillo tenía jardines colgantes de gran altura, huertos y hasta un parque zoológico. En el castillo hubo todo tipo de animales, incluso un león, búfalos y un camello. Un equipo de jardineros se encargaba del cuidado de los jardines, que contaban con un sofisticado sistema de riego con tuberías de plomo.
Este sistema fue obra de Juan D’Espernou y perfeccionado por John Nelbort de Bristol. Se tenía mucho cuidado con los jardines, de hecho, había toldos para proteger los árboles en invierno, a modo casi de invernadero. Otra de las cosas que destacan es que el palacio contaba con una especie de nevera en la que se colocaba hielo y se podían conservar mejor los alimentos. Un detalle que demuestra que se trataba de una construcción muy preparada y equipada para su tiempo.