La increíble condición que el patriarca de Volkswagen ha puesto en su testamento
El patrimonio del recientemente fallecido patriarca de Volkswagen, Ferdinand Piëch, es enorme, sin embargo, para ser su heredero hay una condición que muchos consideran sorprendente. Con una fortuna valorada en más de 5.100 millones de euros a los que habría que sumar también sus acciones en bolsa (cifradas en más de 30.000 millones de euros), el rico empresario dejó establecida esta cláusula: si su mujer, Úrsula Plasser, volvía a casarse después de él morir perdería absolutamente todo.
Aunque ahora tiene 63 años, se conocieron cuando ella tan solo tenía 25 y 20 años menos que él. Su entonces esposa, Marlene Porsche, le contrató como niñera. Ahora y tras su muerte, Úrsula queda por el momento al frente de las fundaciones así como de las participaciones empresariales que este poseía.
Ferdinand falleció a los 82 años, pues se había desplomado mientras cenaba con su esposa en un restaurante mientras estaba con su esposa. Transformador de la marca de coches, fue una pieza fundamental cuando la empresa estaba al borde de la bancarrota.