Tita Cervera cumple su sueño (y el del barón Thyssen): el proceso detrás de su último proyecto
El cine Comedia de Barcelona bajó el telón por última vez el pasado mes de enero
En los próximos meses, en enclave se convertirá en el nuevo museo de Carmen Cervera
La baronesa ha alcanzado un acuerdo con los propietarios del enclave, las familias Pla y Planàs por el alquiler del espacio
El cine Comedia de Barcelona bajó el telón por última vez el pasado mes de enero. En concreto, el día 14. Los palomiteros dejaron de explotar granos de maiz al tiempo que los nostálgicos del lugar abandonaron las butacas conocedores de que los proyectores no volverían a encenderse de la misma forma. O no volverían. El 14 de enero de 2024 la Ciudad Condal quedó huérfana de uno de sus históricos, pero hubo quien vio en el cierre del activo ubicado en Paseo de Gracia con Gran Via de Les Corts Catalanes, un sueño: Tita Cervera.
Bastaron unas semanas para que la baronesa Thyssen-Bornemisza se aliara con Stoneweg, un fondo suizo centrado en la compra de suelos para el desarrollo de oficinas, retail y residenciales, entre otros, y dirigido por Joaquín Castellví y Jaume Sabater; para convertir las paredes de lo que había sido un cine por más de sesenta años, en un Museo Carmen Thyssen, otro; y ver así cumplido su sueño de tener su propia pinacoteca en Barcelona. El suyo y el del barón Thyssen, pues Carmen siempre compartió con Hans Heinrich von Thyssen-Bornemisza el deseo de que el arte que apilaban pudiera ser compartido con el máximo de aficionados y coleccionistas de arte posibles. Y si era en la ciudad natal de ella, donde el barón Thyssen-Bornemisza mostró por primera vez una parte de su colección en la primavera de 1986, con el apoyo del entonces alcalde de la ciudad, Pasqual Maragall, mejor. De ahí que Tita, rechazara una oferta millonaria de Dubai para exponer esta misma colección en un museo de nueva creación del emirato.
Por delante de Stoneweg y Carmen Cervera había, eso sí, tal y como adelantó ON Economía y ha podido confirmar LOOK, media docena de propuestas y la última palabra, claro, de los propietarios del enclave, las familias Pla y Planàs. Entre ellas se encontraba In-Edit, conocido por organizar el festival de cine homónimo, o Warner, que tenía la intención de transformar estas instalaciones en un espacio para espectáculos, siguiendo el concepto de The Music Station, que ya opera en Madrid. Pero ninguna resultó ser lo suficientemente buena como para arrebatar a la madre de Borja Thyssen su viejo afán.
En los últimos días, la propiedad ha comunicado a Carmen Cervera y Stoneweg que acepta su propuesta, y ambas partes han firmado un acuerdo vinculante que si bien no es el definitivo, se ratificará próximamente. De acuerdo con las fuentes consultadas por este medio, el contrato de arrendamiento del espacio que hasta ahora albergaba el cine Comedia de Barcelona se resumiría en un período de 25 años, una inversión aproximada de 65 millones de euros, y la exposición de «gran parte de la colección privada de la baronesa», entre las que se incluyen obras del siglo XIX, XX o XXI, así como lienzos de intercambios recurrentes con museos nacionales e internacionales. «Dentro del espacio, queremos que haya programas de educación museística, y proyectos con las últimas innovaciones tecnológicas», señalan.
Por el momento, no ha trascendido el nombre que Tita Cervera ha escogido para rebautizar al antiguo cinema, aunque todo apunta a que su nueva pinacoteca, que se sumará a las salas que Carmen ya posee en Málaga, Sant Feliu de Guíxols (Gerona) y Andorra, abrirá sus puertas como Museo Carmen Thyssen-Bornemisza Barcelona. Y más pronto que tarde.
Este museo, cabe destacar aquí, es una iniciativa privada de Carmen, por lo que es independiente al Museo Nacional Thyssen-Bornemisza de Madrid y al puesto de Tita de vicepresidenta en el Patronato de la Fundación Colección Thyssen-Bornemisza, la entidad sin ánimo de lucro cuyo fin es la conservación, estudio, pública exposición y difusión de la colección de obras de arte que alberga el museo madrileño. De igual modo, nada forma parte tampoco del contrato de alquiler millonario que Carmen Cervera firmó, en compañía de su hijo Borja Thyssen, en febrero de 2022, con el entonces ministro de Cultura, Miquel Iceta, por el alquiler de la colección «compartida» que ambos tienen depositada en la pinacoteca -330 obras durante 15 años-, y por el que los Thyssen reciben 6,5 millones de euros anuales a repartir entre madre e hijo en distintos porcentajes, así como 422.500 euros adicionales por la subida del Índice de Precios de Consumo (IPC).
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El pabellón de la Reina Victoria Eugenia fue la primera opción de Tita Cervera
No parece que nada vaya a truncar el sueño de Carmen Cervera de instalar su colección en la capital de Cataluña, aunque de ocurrir, se repetiría la historia que se remonta a hace ya más de una década. En 2012, Carmen Cervera estuvo a punto de trasladar más de cien obras de su colección privada a Montjüic. En concreto, al pabellón de la Reina Victoria Eugenia de la Exposición Internacional de Barcelona de 1929. Sin embargo, el proyecto no salió adelante debido al elevado coste del alquiler de las obras, que rondaba los cinco millones de euros, sumado al precio de la remodelación del pabellón.
La baronesa tuvo que conformarse con Sant Feliu de Guíxols, donde construyó la sala que alberga su colección de pintura catalana de los siglos XIX y XX, además de otras exposiciones temporales, Espai Carmen Thyssen. Este enclave está muy cerca del lujoso hotel que la baronesa inauguró en S’Agaró hace ahora un año, The Pink Elephant Hotel, y de la casa donde Tita veranea junto a sus mellizas.