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La muerte de María Teresa Campos ha dado a la veterana presentadora el lugar que nunca había perdido pero que muchos parecían haber olvidado. Porque ‘la Campos’ vivió como quiso, y en su búsqueda de la felicidad laboral, en sus ganas de innovar y no aburrirse, María Teresa se entregó a proyectos que distaban mucho de lo que para algunos era apropiado para una figura como ella. Protagonista de un realitie propio junto a sus hijas, colaboradora de Sálvame o invitada a la Resistencia, no había formato que se le resistiera. Hasta el punto de que, cuando la tele dejó de contar con ella, ella se atrevió con un canal propio de Youtube. Campos en estado puro.
Porque si algo ha dejado claro la gente que con tanto cariño y dolor se ha despedido de ella esta semana, es que María Teresa fue pionera. Primera reina de las mañanas en boca de la propia Ana Rosa Quintana y maestra en menor o mayor medida para muchísimos de los profesionales de la pequeña pantalla. Un papel importante en el panorama de la comunicación nacional, mucho más allá de las páginas de crónica social en las que tanto apareció durante toda su vida profesional y especialmente en sus últimos años.
Cuando alguien que ha triunfado en algún ámbito muere, lo que queda es su legado. Y dividiendo el de un icono como María Teresa en dos y considerando inigualable el papel que tuvo en el mundo de la comunicación, sí existe un testigo disponible. El de la Campos más campechana, haciendo honor a la expresión de Don Juan Carlos -quien recordemos que no dudó en acercarse a la prensa para lamentar la muerte de la comunicadora cuando se enteró-. La gran matriarca de los platós que pisaba y el nexo que mantenía unida a una de las familias que más ha dado que hablar en los últimos años en lo que a corazón se refiere. Un papel que de manera natural ha ocupado su hija mayor, Terelu Campos. A pesar de que las carreras profesionales de las dos hijas de María Teresa Campos se han desarrollado de la mano de la de su propia madre, el papel de Carmen Borrego durante años fue el de directora de programas, en contraposición a su hermana mayor, que aunque empezó detrás de las cámaras, pronto empezó a salir en la pequeña pantalla.
Aunque desde que protagonizaran el realitie juntas el de Carmen Borrego pasó a ser un rostro popular, el cariño y el prestigio que Terelu ha cultivado durante años la posiciona en un lugar mucho más cercano a la figura de su madre que a su hermana. Presentadora de programas propios y suplente de espacios en los que colaboraba, protagonista de romances que han ocupado portadas y madre de una joven, Alejandra Rubio, a la que ha amadrinado en la televisión de la misma manera que su madre hizo con ella, la que fuera novia de Pipi Estrada tiene gran parte del camino hecho.
Y aunque es evidente que los logros de María Teresa no son igualables, y que su pérdida deja un hueco en el corazón de todos sus seguidores, Terelu tiene ahora la posibilidad de ejercer el papel más humano de su madre. El de consejera y mentora, el de compañera. El de matriarca de un clan que se ha quedado huérfano.