La boda de Tamara Falcó podría alterar las condiciones legales de WhatsApp
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Es ya considerada como la boda del año. Dentro de unos días, Tamara Falcó e Íñigo Onieva cumplirán su primer mes como marido y mujer. Una buena nueva que no estaba entre sus planes después de que cancelaran la boda, a finales de septiembre del pasado año, a consecuencia de la infidelidad por parte del empresario, que tuvo lugar en el marco del festival de música Burning Man, celebrado en Nevada, Estados Unidos. Tras una reconquista a contrarreloj por su parte, pudieron prometerse amor eterno en el palacio de El Rincón, situado en Aldea del Fresno, a las afueras de Madrid.
Enclave hasta el que se desplazaron los 400 invitados que tuvieron que seguir unas estrictas normas de seguridad por la exclusiva que saldría después. Una regla que se basaba en que nadie podría tener el móvil encima, con el fin de que no se filtrara lo que estaba pasando en el interior del palacete. Ya lo avisó Pilar Vidal en Espejo Público, sin embargo algunos de los asistentes quisieron burlar esta condición de la pareja y tratando de esconder el dispositivo.
Jesús Reyes también destacó que los invitados recibieron un polémico mail: «Para mantener la privacidad de la boda, los teléfonos móviles serán custodiados en consigna a vuestra llegada. Si cualquier invitado necesita ser contactado no dudéis en facilitar nuestro teléfono de atención para que podáis ser localizados. Además, habrá una zona habilitada para poder hacer uso de vuestros teléfonos móviles en cualquier momento». Escrito que no sentó del todo bien.
Aunque todo parecía haber salido según lo previsto, desafortunadamente, no fue así. Antes del gran día Tamara se quedó sin vestido de novia. Su contrato con Sophie et Voilá se rompió de la noche a la mañana. Además, durante la ceremonia, la sotana de uno de los curas comenzó a arder. A esta serie de catastróficas desdichas se suma la filtración de algunos de los momentos que intentaron blindar el día del enlace. Además, comenzó a circular por WhatsApp la exclusiva de su revista de cabecera. Motivo por el que las condiciones legales de la aplicación de mensajería instantánea podrían cambiar para siempre.
La revista ¡Hola!, encargada de publicar el reportaje del enlace entre la marquesa de Griñón y el relaciones públicas emitió un comunicado tras «sufrir el mayor pirateo de la historia de la prensa con motivo de la exclusiva de la boda de Tamara Falcó». «AMI (Asociación de Medios de Información) se solidariza con la revista. «Aunque en los quioscos se ha agotado la primera edición y los responsables prometen otra, el especial de ¡Hola! ha llegado a más gente de la que ha comprado la revista a través de la red social Whataspp, propiedad de Meta, donde ha sido distribuido de forma masiva. Meta ignoraba así el legítimo derecho de la revista ¡HOLA! de hacer suyo el fruto de su trabajo», comenzaron diciendo.
En la misiva, añadieron que: «desde AMI queremos mostrar el rechazo a este tipo de actos que dañan la propiedad intelectual y afectan a la sostenibilidad de la industria editorial. La piratería de contenidos editoriales pone en peligro el trabajo de los periodistas. AMI solicita a Meta, propietaria de WhatsApp, un comportamiento responsable de forma que paralice de manera inmediata la distribución ilegítima de contenidos editoriales y ponga los medios necesarios para evitar que estas conductas se reproduzcan en el futuro». Tras lo ocurrido, tal y como cuenta El Economista, WhatsApp «blinda su responsabilidad frente al uso ilegal que hagan los usuarios de la plataforma». El mencionado medio apunta que, según el abogado Miguel Aznar, de Balder, la plataforma «ha establecido unas fuertes cláusulas de exclusión de responsabilidad, cuya legalidad o ilegalidad deberá ser valorada jurídicamente». El experto puntualiza que las propias normas internas de la aplicación indican que el usuario no la utilizará de forma que «los derechos de terceros, incluidos los derechos de protección intelectual o industrial, así como los derechos de autor o de la propiedad».