El sueño de Álvaro de Marichalar que ha tenido que posponer por el coronavirus
Álvaro de Marichalar se ha visto obligado a poner en pausa su travesía por los mares, con el fin de dar la vuelta al mundo
El 10 de agosto de 2019, Álvaro de Marichalar inició su travesía en Sevilla con el fin de dar la vuelta al mundo montado en una moto de agua. Como si de un capitán de barco se tratase, eldeportista dejó atrás su tierra para embarcarse en una de las mayores aventuras y emular así a Fernando Magallanes y Juan Sebastián Elcano –el primero la inició en 1519 y el segundo la terminó en 1522-. Pero el dichoso coronavirus ha truncado el gran sueño de Álvaro de Marichalar, el cual se ha visto obligado a poner en pausa la ruta.
El empresario se encontraba en Miami cuando el coronavirus le sorprendió de lleno. La pandemia ha hecho que Álvaro de Marichalar haya pospuesto su travesía marítima por la alarma sanitaria: “Espero poder continuar en una semana o dos, o cuando se pueda. Aunque haya que tardar un mes o dos meses, pero seguiré”, ha expresado en una entrevista para la agencia de prensa GTRES. El hermano de Jaime de Marichalar ha asegurado que aún le queda “un año y medio o dos. Es muy largo. Hasta 2022 aquí”.
Aunque Álvaro ya se encuentra al otro lado del charco, sigue muy de cerca todo lo que ocurre en España, concretamente en Madrid, donde están sus familiares que son los que le informan de lo que está aconteciendo: “Es una verdadera desgracia lo que ha ocurrido solo por la gestión tan deficiente que hay, un desastre. Pero bueno, hay que aguantar”. “Cuando uno hace una misión así, sabe que deja a la familia por medio”, ha dicho el aristócrata afrontando con entereza la ausencia de todos ellos.
“En la vida hay que aguantarse con lo que venga, sin protestar y sin quejarse. Lo único que hay que hacer es exigir a los poderes públicos una gestión correcta”, ha comentado Marichalar criticando de nuevo la actuación del Gobierno. Por el momento, Álvaro no puede avanzar en su travesía por los mares con la moto acuática, por lo que tendrá que esperar en Miami hasta que se lo permitan: “Está también cerrado. No hay toque de queda, pero la gente se va a sus casas”.