Sonsoles Ónega se sincera como nunca sobre la enfermedad que sufre su hijo
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Sonsoles Ónega vive uno de sus mejores momentos profesionales. Está consolidada como una de las presentadoras de actualidad referencia, gracias a Ya es mediodía y Ya son las ocho. Sus dos programas de Telecinco son grandes apuestas de la cadena y los datos cosechados los avalan. Para llegar a cubrir las necesidades de ambos, la periodista ha tenido que redoblar esfuerzos y trabajar durante casi todo el día.
Cuando se apagan las cámaras y se marcha a casa, Sonsoles vive una realidad complicada pero que lleva de la mejor manera. Se trata de un problema relacionado con su hijo. El niño tiene ocho años pero hace cuatro que le diagnosticaron diabetes de tipo 1, un diagnóstico que modificó por completo tanto su vida como la de su familia.
Ella nunca se había sincerado completamente sobre este asunto, pero ahora ha querido hacerlo de la mano de Jesús Vázquez. Ónega se abre en canal en el canal de MTMAD del gallego. Durante la charla de ambos, la presentadora explica los antecedentes, el momento que fue consciente y de cómo han logrado convivir con esta enfermedad.
Sonsoles Ónega comienza diciendo que «yo me di cuenta porque tenía ganas de hacer pipí todo el rato y tenía mucha sed permanentemente. Entonces fue a Google, busqué y… ¡Dios mío!». Las primeras exploraciones que le hicieron ya eran indicios: «Le hicieron una prueba de sangre en el dedo y ya estaba alto», comentó.
Cuando decidieron acudir al hospital cometió un error obrando de buena fe: «Esta madre ignorante, en el camino del ambulatorio, al hospital Puerta de Hierro, se le ocurre darle un batido de chocolate porque el niño iba en ayunas… ingresó con más de 500 de azúcar, lo normal es de 70 a 100», cuenta todavía con cierto sentimiento de culpa.
Es normal que en ella se despertase una gran preocupación: «Tú piensas que el niño se te va porque de repente lo encuentras con cuatro vías, metiéndole insulina… Estuvo ingresado tres semanas, porque luego tienes que aprender a llevar la enfermedad, y yo me quería morir porque me preguntaban qué había desayunado el niño y yo decía batido de chocolate».
La Sonsoles Ónega rigurosa en la información y bromista a veces que vemos en televisión se ha mostrado como nunca antes delante de Jesús Vázquez: «Tuve miedo. Un hijo enfermo es lo peor que a una persona le puede pasar, eso es así, no te hablo ya de perder a un hijo».
Han pasado cuatro años y ya tienen la situación controlada: «Los niños con diabetes tienen que tener control, sí, porque la actividad física reduce los niveles de azúcar en sangre. Tienen que tener cuidado para que no les de una bajada muy brusca de azúcar, pero es lo único». Eso sí, el pequeño Gonzalo requiere de una vigilancia mayor que otro niño sin diabetes: cada tres horas tiene que comprobar sus niveles y en caso de ser bajos darle algo de comer, como un yogur».
El diagnóstico de su hijo hizo que en casa de Sonsoles Ónega cambiaran de estilo de vida: «Yo era una persona de 1,56 (metros) gorda. He perdido 12 kilos con ejercicio físico y cambio de alimentación, solo eso no me he operado (…) cuando reduces los hidratos de carbono y quitas los azúcares procesados además, multiplas tu energía», finaliza.