Sara Carbonero rompe con su pasado
La periodista ha hecho un parón más allá de lo profesional que no le está resultado demasiado satisfactorio, el de su faceta como influencer. Hablamos con un experto en comunicación digital y marketing para conocer las claves y efectos de su bajón en redes sociales.
Hace un año y medio que Sara Carbonero decidió romper con su pasado. Han pasado 89 semanas desde que publicara en su cuenta de Instagram la última promoción para una marca. Fue un evento que hizo para una conocida firma de trajes de baño y lencería junto a su gran amiga Paula Echevarría en la idílica isla de Ibiza, en mayo de 2019.
Desde entonces, su vida ha estado marcada por tres grandes momentos: el infarto y retirada de Iker Casillas, la detección de su tumor ovárico que le obligó a pasar por quirófano y el retorno a Madrid tras cinco años en Oporto. Todo en un espacio de menos de dos años en los que no ha vuelto a publicar ningún contenido publicitario más en su cuenta de Instagram. Tampoco en Twitter ni Facebook, donde permanece inactiva desde hace 3 años. La Sara influencer ha dado paso a una mucho más terrenal y sencilla, más zen, sin los grandes alardes ni superficialidad de los que a veces se peca en redes.
¿Ha sido un paso voluntario o dado forzosamente? ¿Ha ganado o ha perdido seguidores desde que conduce su nuevo espacio en Radio Marca? ¿Enganchan sus contenidos a sus fans? Son algunas preguntas a las que les buscamos respuesta de la mano de Jose Noblejas, especialista en Estrategias de Marketing Digital + Comunicación. Gracias a él conocemos con exactitud el comportamiento de Sara Carbonero en redes sociales desde que aparcó su espíritu influencer.
Haciendo una primera aproximación, nuestro experto lo tiene claro: «Sara ha notado un bajón tremendo en Instagram. No es tan visible como meses atrás cuando era imagen de primeras marcas. Esta falta de visibilidad ha provocado que sus likes se desplomen de los 120.000 de media a los 80.000 que tiene últimamente, incluso algunos post no llegan ni a los 50.000», explica.
La mujer de Iker Casillas ha visto apaciguado su éxito en redes y esto es algo que se hace palpable en su interacción con los seguidores. «De media tiene 230 comentarios por post, lejos de los casi 1.000 que solía cosechar el año pasado», nos cuenta Noblejas, que apunta a que «su contenido se reparte sobre todo entre cercano (familia, amigos) y de temática zen/filosófica. Su imagen pública se distancia de la imagen de influencer a la que nos tenía acostumbrado».
Pero no es todo malo. Dentro del descenso de cifras que ha sufrido, Sara Carbonero puede presumir de tener un buen nivel de engagement (2,5%), siendo 1,5 y 3,5% una buena tasa. Para quien no lo sepa, este valor mide la interacción constante, confianza y empatía con los valores, percepciones y mensajes de algo o alguien, en este caso de la periodista. Asimismo, llama la atención que «la pérdida de seguidores se ha visto revertida de manera sobresaliente, consiguiendo en los últimos 30 días remontar esta cifra y ganar 8.000 seguidores».
Sara Carbonero pierde fuelle
Su retorno a la capital de España, los nuevos proyectos con su marca de ropa sostenible ‘SlowLove’ y su (re)debut en radio no parecen ser suficiente para volver a los guarismos digitales que Sara nos tenía acostumbrados durante su etapa como imagen de marca. La opinión de Jose Noblejas es clara y responde a una pérdida de interés por parte de sus seguidores: «Viendo las métricas los usuarios responden con desgana a los últimos contenidos de Sara, tiene más seguidores pero no son tan fieles. El descenso de los likes y los comentarios, pese a sumar seguidores semanales, sigue en caída libre. Cuando un perfil, ganando seguidores constantemente, tiene esta bajada quiere decir que su comunidad no se siente tan atraída por el perfil ni por los contenidos».
El experto aboga en su conclusión que Sara Carbonero necesita aire nuevo y un impulso en sus redes sociales. «Es evidente que el perfil de Sara necesita energía extra, y seguramente pase por volver a la senda del perfil influencer demandada por las marcas. Este parón quizás le esté viniendo bien en lo personal, pero a nivel imagen y rentabilidad no está en la línea como para que las marcas valoren una estrategia con ella. Necesitaría crecer más, afianzar comunidad y volver a la senda que tenía: visibilidad, contenidos, imagen y presencia con marcas de primera orden», sentencia.
¿Conseguirá la presentadora revertir su suerte y volver a convertirse en una de las más importantes influencers del país?