¿Quién cuida de Irene Rosales? El post de Roy Galán en defensa de la mujer de Kiko Rivera
Irene Rosales necesita parar y desahogarse porque ya no puede más
Irene Rosales no puede más. La entereza que ha mostrado a lo largo de los últimos doce meses no han sido más que una ilusión, como ella misma reconoció el pasado sábado en ‘Viva la vida’. No fue un día fácil. Se cumplía un año del fallecimiento de su madre, Mayte Vázquez, y la colaboradora se rompía en directo al recordarla: «No la voy a tener más, no la voy a ver más, no la voy a oler más. No la tengo más de por vida», decía entre lágrimas. Está agotada psicológicamente como así reconoció. Ha perdido a sus padres con meses de diferencia y entre medias, ha comenzado el conflicto que mantienen abierto su marido, Kiko Rivera, con su suegra, Isabel Pantoja.
Demasiadas cosas en poco tiempo, e Irene teniendo que hacer de bastión de su familia, preocupándose de sus hijas y de su marido, sin poder llevar a cabo su particular duelo. Y eso le está pasando factura: «No puedo más. Necesito desahogarme mucho y no puedo porque tengo que estar fuerte. Pero yo necesito desahogarme y llorar, llorar y llorar, aunque no sirva de nada». Al verla de esta manera tanto Emma García como Terelu Campos le han recomendado ponerse en manos de profesionales, pero ha reconocido que, aunque lo ha barajado en numerosas ocasiones, no ha tenido tiempo para pensar en ella misma y cuidarse. «Voy a estar rota de por vida», ha admitido mientras aseguraba que haber perdido a su madre es algo que ni siquiera sus hijas pueden reparar.
La situación de Irene no ha dejado indiferente a nadie. Han sido numerosos los mensajes de ánimo que copaban las redes sociales durante todo el fin de semana, pero ha sido un post el que ha llamado la atención de la mujer de Kiko Rivera. Roy Galán, afamado articulista, le dedicaba un sentido mensaje en su perfil de Instagram, que la propia colaboradora agradecía de todo corazón: «En el libro ‘Las mujeres que aman demasiado’ de Robin Norwood dice que ‘una de las ironías de la vida es que las mujeres podamos responder con tanta compasión a la vida de otros y permanecer tan ciegas a (y por) el dolor de nuestra propia vida’. La vida de Irene Rosales, como la de tantas mujeres, ha estado atravesada por los cuidados. Dos hijas pequeñas. Una pareja que sigue siendo un niño al que hay que rescatar. Una madre que falleció hace un año. Un padre que estuvo enfermo durante dieciséis y que falleció hace unos meses «, comienza diciendo.
«La desgracia de Irene no es individual, de mala suerte, al contrario, es un destino al que están irremediablemente abocadas todas las mujeres que han sido educadas para el sacrificio en un sistema que te dice que eres una buena mujer si aguantas (…) Amar no es salvar. Irene, como tantas otras personas en el mundo, se ha quedado huérfana en medio de una pandemia mundial. Confinada y cuando quería llorar, mami tengo hambre. Y cuando quería gritar, ahora no puedo quedarme solo por si lo vuelvo a hacer mal. Un cuerpo sin posibilidad de hacer un duelo porque otros te necesitan. Una existencia que no puede mostrarse vulnerable porque si caes tú se cae todo». Y termina con una reflexión: «Cuidar no es cosa de mujeres: es algo que incumbe a la humanidad. La gran pregunta es quién cuida de Irene Rosales. Quién cuida de todas las mujeres que aman demasiado».
La colaboradora de ‘Viva la vida’ ha tocado fondo. A pesar de estar muy unida a sus hermanos, ella es quien vive con Kiko Rivera y la que está a su lado día y noche, sufre con él y ya ha tocado fondo. «En casa está encendido o cabizbajo, está que se muere de pena por las esquinas y yo ya no sé cómo ayudarlo», se lamentaba en directo. «Yo ahora también estoy mal psicológicamente y no tengo la fuerza para animarlo a él».