Los Pujol no tienen "ni cinc" pero Josep llegó a Ibiza en jet privado y navegó en un yate de 40 metros
Marta Ferrusola (81) dejó atónito al Parlament cuando en 2015 pronunció las que eran sus primeras palabras en relación a la fortuna que la familia Pujol había ocultado presuntamente durante años. En su declaración ante el juez se había acogido a su derecho a no declarar, pero en la comisión del Parlament que investigaba las fechorías de su marido sí dio un golpe en la mesa con una afirmación que todavía la persigue. «Mis hijos van con una mano delante y otra detrás», dijo contundente y sus palabras todavía resuenan en la memoria de muchos catalanes.
Aquel día la ‘madre superiora’ del clan Pujol quería proteger a sus hijos de ese huracán que en 2015 creían que todavía podían sortear. Sin embargo, el devenir de los acontecimientos y las últimas imágenes de uno de sus hijos -obtenidas en exclusiva por LOOK- ponen de manifiesto que las palabras de Marta se las ha llevado el viento. Concretamente, ese viento de Tramontana que sopla en las Islas Baleares en los primeros días de verano.
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Viendo a Josep Pujol Ferrusola (53), tercero de los siete hijos del matrimonio formado por Jordi Pujol (86) y Marta Ferrusola, navegando estos días a bordo de un yate (de 8,2 millones de euros) por las cristalinas aguas de Formentera cuesta creerse que viva “con una mano delante y otra detrás”. Tampoco que, como dijo su hermano Jordi -actualmente en prisión-, la familia Pujol “no tenga para vivir”. A dar un ameno paseo en piragua después de fondear el Mediterráneo a bordo de una lujosa embarcación para algunos es vivir, y para la mayoría, vivir a lo grande.
Según se puede observar en las imágenes obtenidas en exclusiva por LOOK, Josep ha disfrutado de su gran afición. Navegar a bordo de un lujoso yate del que solo se bajó para hacer una pequeña ruta en piragua. A Ibiza había llegado en jet privado acompañado por su mujer, Laura Vilá, y con ella compartió una animada jornada marítima en compañía de unos amigos. Josep luce un bañador rosa y no descuida su seguridad poniéndose un chaleco salvavidas para evitar una desgracia en caso de que la piragua acabase volcando. El hijo de Jordi Pujol se escapa a dar una vuelta solo y al cabo de un rato regresa al yate, que fondea en las inmediaciones de Cala Saona, para reunirse con su esposa y el resto de amigos. El empresario llegó a las islas pitiusas el pasado 28 de mayo y actualmente permanecen allí disfrutando de unos días de descanso.
No es el único. Sus acompañantes también están aún relajándose en Formentera antes de regresar a sus puestos directivos. La identidad de quiénes eran los afortunados compañeros de viaje de Josep se desvelará este jueves en LOOK.
El papel de Josep en los Pujol Ferrusola
Mientras la honorabilidad de los Pujol continúa desdibujándose, Josep puede presumir de ser el único miembro de su familia no incurso en ningún procedimiento judicial. Eso le da alas para no esconderse y proseguir con ese tren de vida del que siempre fanfarroneó. «A los 30 ya era muy rico. Mi primer sueldo fue más alto que el de mi padre», confesó hace unos años.
Alumno destacado de ESADE y el Stern School of Business de Nueva York, fundó en 1994 la consultora Europraxis que tantos beneficios (económicos) le ha dado. Posee una gran casa en Formentera que está considerada una de las más ostentosas de la isla, otra en la Cerdanya francesa y actualmente vive en Miami. «Es ese hijo que Pujol hubiera querido ser. Brillante en la conversación, ‘charmant’, el más hábil, divertido, seductor con las señoras, con más sentido del humor y más capacidad de disfrutar de las cosas», dijo de él su amigo Francesc Marc Álvaro en su blog cuando se desató el caso Pujol.
Ni lo ocurrido con su familia ni las polémicas declaraciones de su madre o su hermano Jordi han mermado un ápice su status. Continúa esquiando, navegando -a la vista está- y codeándose con la ‘crème de la crème’ de la jet catalana y a la que este jueves LOOK pondrá nombre y apellidos.