PRIMICIA: Descubrimos la primera visita que recibe Isabel Pantoja en su finca Cantora

Isabel Pantoja ya ha podido disfrutar de la compañía de dos de sus seres queridos en su refugio de Cantora

Isabel Pantoja en una imagen de archivo / GTRES
Isabel Pantoja en una imagen de archivo / GTRES

La delicada salud de su madre y la imposibilidad de ver a sus hijos y a sus nietos, además de la grave situación ocasionada por la alerta sanitaria, han sumido a Isabel Pantoja estos dos meses largos de confinamiento en un tremendo bajón anímico. Sin ganas y muy preocupada por los contagios, la artista vive pendiente de la evolución de doña Ana y de contactar por video llamada con sus nietos, la única alegría que le anima un poco en estos días complicados. Sin embargo, este domingo Isabel Pantoja recibió la primera visita en Cantora y todo cambió durante unas horas.

La cantante Isabel Pantoja y su hija por las calles de Sevilla./ GTRES

La cantante Isabel Pantoja y su hija por las calles de Sevilla./ GTRES

Su hija Isa, con la que ha mantenido en los últimos meses un distanciamiento, más que social, personal, llegaba a su casa para disfrutar del día juntas. Muchos meses difíciles que quedan atrás en estos críticos momentos en los que las prioridades evidentemente cambian. El ambiente familiar en Cantora, la finca de Medina Sidonia (Cádiz) donde vive la artista desde que rompiera su relación con el exalcalde de Marbella Julián Muñoz en 2009, no resulta muy a favor de Isa. Su nula relación con su tío Agustín y con su abuela, admitida por ella misma en diferentes entrevistas, convierten cada visita a la finca en una situación siempre incómoda e inexplicable para muchos. Son demasiados años ya con esta guerra tío-sobrina, abuela-nieta, evidente en las declaraciones de varios miembros del clan. Demasiados años, parece, como para que una hija tenga que realizar siempre la misma estrategia cuando va a ver su madre a casa: llamar antes a una tercera persona para que avise a Isabel, que le abra la cancela. Prefiere no marcar el número de teléfono fijo y toparse con una voz poco amiga.

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La buena noticia de que la provincia de Cádiz entrara en fase 1 el pasado lunes 11 de mayo, en el proceso de desescalada diseñado por el Gobierno, brindaba a la hija de la cantante la posibilidad de ir a ver a su madre. Se permitían las reuniones familiares hasta un máximo de diez personas. Perfecto: ella, su hijo y su madre suman 3. Con el resto de la casa no habría problema. Llevan manteniendo distancia hace una década, pero con su madre aparecía a una nueva oportunidad. El final de año fue convulso entre ellas. Discusiones, declaraciones públicas que hicieron evidente su distanciamiento, Navidad sin verse… Incluso, días en los que madre e hija coincidieron en Madrid y en los que no entró en sus planes quedar para verse. Una relación compleja entre dos personas que, en mi opinión, se necesitan, pese a que se enroquen en esa falta de entendimiento que las separa. Quizá en estos días, en el que la vida se nos ha parado un poco a todos, han reflexionado. Ningún día se recupera, si acaso se pueden compensar.

Pues eso, este domingo en el que Isa Pantoja subía en Instagram una fotografía que, aparentemente podía ser una de tantas, era la foto del reencuentro entre madre e hija. Isa escribía, dirigiéndose a su hermano: ¿A que te mueres de envidia @kikorivera? En la foto, un plato con un guiso casero de ‘papas con carne’, uno de los que más gusta a la familia y que Isa llevó a su madre para el primer almuerzo después de meses. Quizá comieron todos. Quizá rompieron esa barrera de distanciamiento familiar y se miraron a la cara después de tantos años. Lo desconozco. Seguro que, de ser así, lo sabremos. La alegría, hasta dónde sé, fue, sobre todo, para Isabel Pantoja al recibir a su hija y su nieto.

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