Actualidad

HABLAN LOS EXPERTOS

Pedro Sánchez tira de retoques estéticos tras su bajada de peso: “es como si lo hubieran barnizado”

Entre incendios y polémicas, el presidente del Gobierno se ha visto obligado a dar la cara… literalmente

Una cara distinta, más delgada, más rígida y con un brillo que ha despertado sospechas

¿Se trata solo de la pérdida de peso o hay algo detrás? Analizamos al detalle, con ayuda de expertos en medicina estética

  • Rosa Torres
    • Actualizado:

Agosto es el mes de vacaciones por excelencia para la clase política española, suele ser un paréntesis de discreción: ministros, diputados y asesores se evaporan del mapa mediático con la excusa del descanso estival. Pedro Sánchez también lo hizo… o al menos lo intentó. Su plan parecía bien trazado: aprovechar el parón para someterse a unos retoques estéticos que, en teoría, pasarían inadvertidos. Menos cámaras, menos estrés, menos miradas indiscretas: el contexto perfecto para una visita a la clínica de estética. Pero la política es traicionera y, en este caso, también lo fue el calendario. Los incendios obligaron al presidente a “dar la cara” antes de lo previsto. Y lo que España vio no fue precisamente un rostro rejuvenecido, sino algo que rozaba lo artificial: facciones más huesudas, piel brillante y rigidez facial. En pocas palabras, más “barnizado” que renovado.

La primera impresión fue evidente: Sánchez ha perdido mucho peso. No unos kilos de más, sino lo suficiente como para que se le marquen con crudeza los huesos de la mandíbula. Y ojo, nunca fue corpulento, pero sí tenía un volumen facial que daba naturalidad a sus facciones. Hoy su rostro es más afilado, casi esquemático, y esa delgadez extrema ha dejado al descubierto cada sombra. A eso se suma un brillo extraño, ese resplandor cutáneo que más que saludable recuerda a un encerado de carrocería.

Un tuit muestra un antes y un después del presidente Pedro Sánchez. (Redes Sociales)

Aquí es donde entran los expertos. El doctor José Manuel Gómez Villar, reputado médico estético conocido como “el cirujano de los famosos”, lo resume con precisión quirúrgica: “Está muy demacrado porque ha perdido mucha grasa facial, sobre todo en la zona del pómulo. Esa falta de volumen provoca que el rostro se vea más envejecido y caído”, señala. Para compensarlo, asegura, se habría recurrido al ácido hialurónico. Este producto es un relleno reabsorbible muy utilizado en estética que devuelve volumen a las zonas donde la grasa natural desaparece con la edad o con la pérdida brusca de peso. En el caso del marido de Begoña Gómez, los pómulos parecen haber sido reforzados artificialmente. “Resulta llamativo el desequilibrio: el izquierdo está visiblemente más inflamado que el derecho. Puede deberse a un exceso de producto o a que está recién infiltrado y todavía hay inflamación”, apunta el especialista.

Pedro Sánchez en su última reaparición pública. (FOTOS: YOUTUBE)

El ácido hialurónico, conviene recordar, no es cirugía, sino una sustancia que se inyecta en zonas estratégicas para rellenar surcos —como los nasogenianos, esas arrugas profundas que bajan desde la nariz hasta la comisura de los labios— o proyectar pómulos. Bien colocado, el efecto es natural y casi invisible. Mal administrado, en cambio, puede acentuar la asimetría.

Pero no todo son rellenos. Otro detalle salta a la vista: la falta de expresividad y ese brillo inusual. Según Gómez Villar, aquí entran en juego los neuromoduladores, más conocidos por el nombre de una de sus marcas comerciales más célebres: el bótox. “Se aprecia que no tiene movilidad en ciertas zonas, lo que indica su uso. Estos se aplican en frente, entrecejo y patas de gallo. Relajan la musculatura y eliminan la contracción, pero a cambio producen ese brillo característico que, en su caso, recuerda a un efecto barniz”, explica. Dicho de otro modo: adiós arrugas, adiós expresividad. Y no es casual: los efectos más evidentes se notan sobre todo durante las primeras semanas, cuando la piel luce más tersa y la rigidez es máxima. El primer mes, en concreto, el rostro suele parecer más plano, casi congelado, hasta que poco a poco la naturalidad empieza a regresar.

En la misma línea se pronuncia el doctor Jesús Esquide, director médico de la clínica Longevytum, que añade un matiz interesante: “Se aprecia un rostro más adelgazado por la pérdida de grasa en el tercio medio, así como una disminución de los surcos nasogenianos. Además, se observa más prominente el pómulo izquierdo, aunque ello puede deberse simplemente al adelgazamiento general de la cara».

Así pues, la ecuación estética parece clara: pérdida brusca de peso + ácido hialurónico en pómulos + neuromoduladores en la parte superior del rostro = un resultado que, lejos de rejuvenecer, ha generado desconcierto. Al final, el líder socialista buscaba tiempo para descansar y retocarse en silencio. La realidad lo devolvió a la palestra con incendios, tensiones… y un rostro plastificado bajo los focos. Porque, como suele ocurrir con los malos retoques, no se habla de lo bien que quedas, sino de lo mucho que te has tocado.

Lo último en Actualidad

Últimas noticias