Mar Flores: el secreto de su tipazo a los 56 y su verano más especial como abuela
Caminar cada día, un nieto recién nacido y unas vacaciones de postal en Italia
Parece vivir un momento perfecto, pero detrás de sus fotos idílicas hay un mensaje que invita a mirar más allá
A sus 56 años, Mar Flores sigue demostrando que el tiempo, lejos de restarle brillo, parece jugar siempre a su favor. Este verano, la modelo y empresaria no solo presume de figura envidiable, sino que también celebra uno de los momentos más dulces de su vida: su estreno como abuela. Y lo hace en un escenario idílico, la Costa Amalfitana, donde cada publicación en redes sociales es un desfile de elegancia, lujo y emociones a flor de piel.
Detrás de ese físico esculpido y natural, no hay secretos imposibles ni fórmulas mágicas, sino una rutina tan sencilla como constante. La madre de Carlo Costanzia nunca deja de caminar. Haga frío o calor, lluvia o sol, ese paseo diario se ha convertido en su ritual imprescindible. Tanto es así que, cuando no puede hacerlo al aire libre, recurre a su inseparable cinta de andar, instalada en casa, que utiliza cada mañana sin excepción. Y no solo eso: en sus stories muestra cómo complementa la caminata con ejercicios de fuerza —imprescindibles a su edad para mantener la masa muscular y cuidar los huesos—, además de sumarse a retos fitness que comparte con sus seguidores, quienes la tienen como un referente de constancia y disciplina.
Los beneficios de caminar están más que demostrados: mejora la circulación, fortalece las articulaciones, activa el metabolismo y libera endorfinas. En personas de más de 50 años, los expertos recomiendan al menos media hora diaria de paseo a ritmo ligero. Un hábito que Mar Flores convierte en una afirmación de autocuidado, alejado de excesos, pero con resultados que hablan por sí solos. Su silueta en bikini, que tantas veces ha acaparado titulares, es la prueba más evidente.
Pero este verano la modelo brilla por mucho más que su figura. Como decíamos, la modelo está viviendo una etapa especialmente emotiva: su primer verano como abuela. El pasado 6 de diciembre de 2024 nacía el pequeño Carlo, fruto de la relación entre Carlo Costanzia y Alejandra Rubio. Una noticia que no solo unió aún más a la familia, sino que ha colmado a la empresaria de felicidad. “Me muero cada vez que le veo”, confesaba , y basta con observarla para intuir que este nuevo rol le ha cambiado la vida.
Por otro lado, este verano se ha ido de vacaciones a la Costa Amalfitana. Allí ha encontrado el refugio perfecto para celebrar este capítulo tan especial. Su álbum estival está plagado de instantáneas que parecen sacadas de una película italiana: helados frente al mar, paseos en Vespa, puestas de sol teñidas de naranja y mesas repletas de delicias locales. Sin embargo, lo más comentado no han sido las imágenes, sino la reflexión íntima con la que las acompañó: “Entre el azul infinito del mar y el sabor de cada instante. La belleza está en los detalles: un paseo en Vespa, el aroma de los limones, una copa al atardecer, el sonido de las olas… y la calma de sentirse presente”.
Palabras que reflejan no solo un año de ensueño, sino también la madurez de una mujer que ha sabido reinventarse en cada etapa. Entre la disciplina de su rutina diaria, la dulzura de su primer nieto y la elegancia innata que siempre la ha acompañado, Mar Flores firma el que probablemente sea su verano más feliz y, sin duda, el más inolvidable.