Entrevista exclusiva

Lo que no se vio de la primera visita de los Reyes a Paiporta: así lo vivió un fotógrafo desde el barro

José Miguel Fernández recuerda con LOOK la jornada más complicada de los Reyes en Paiporta

El fotógrafo capturó la imagen de doña Letizia embadurnada de barro

Felipe VI y doña Letizia, hace justo un año, en Paiporta. (Fotos: Gtres/ José Miguel Fernández)
Felipe VI y doña Letizia, hace justo un año, en Paiporta. (Fotos: Gtres/ José Miguel Fernández)

Un año después de la jornada histórica en la que don Felipe y doña Letizia se quedaron en Paiporta abrazando a las víctimas a pesar de la lluvia de barro, LOOK ha podido hablar con alguien que vivió el momento al lado de Sus Majestades. Se trata de José Miguel Fernández, reportero gráfico que se encontraba en la mencionada localidad para cubrir para la agencia Gtres la visita oficial. Un acto en el que se esperaba al presidente del Gobierno y al de la comunidad Valenciana, y en el que los Reyes de España aparecieron por sorpresa convirtiéndose en víctimas de la frustración del pueblo. En la misma comitiva que Pedro Sánchez y Carlos Mazón, el Rey y la Reina recibieron el barro que las gentes de Paiporta lanzaba con desesperación. Y junto a ellos José Miguel, que un año después aún se pone tenso al recordar lo vivido, pues él, como los Reyes, solo hacía su trabajo. 

«Me dieron mucha pena -refiriéndose a Felipe VI y a Letizia-. Estaban sobrepasados», nos cuenta José Miguel, que pudo percibir el compromiso de los Reyes pese a las amenazas y las agresiones: «Aguantaron el tipo y hablaron con el pueblo, que se mostró muy agradecido finalmente por la visita de Sus Majestades. Hubo gente que no les lanzó barro y pudieron hablar con ellos muy emocionados».

Felipe VI y doña Letizia, hace justo un año, en Paiporta. (Fotos: Gtres/ José Miguel Fernández)

Felipe VI y doña Letizia, hace justo un año, en Paiporta. (Fotos: Gtres/ José Miguel Fernández)

Lo que no se vio de su visita a Paiporta

José Miguel pudo captar con su cámara la tristeza, la rabia, la desolación, la desesperación, los gritos, los insultos y, sobre todo, la tensión que generó la llegada de la comitiva a Paiporta días después de la catástrofe. El fotógrafo destaca «los nervios y la inseguridad» de los primeros minutos de esta jornada ya que nadie esperaba lo que posteriormente sucedió: «La llegada de los Reyes fue sorpresa. De repente, me cayó barro en el objetivo de casualidad, pero yo estaba en modo automático. En ese momento no piensas en nada, solo disparas a todos para lograr la imagen que refleje lo que ocurría. Sí tenía claro que tenía que acercarme lo más posible a la Reina, que era la más frágil de entre todos ellos -y que pagó las consecuencias de un ejecutivo que no supo, ni siquiera, abrazar a su pueblo-«.

Los Reyes se quedaron junto al pueblo, pese a recibir bolas de barro. (Fotos: Gtres/ José Miguel Fernández)

Los Reyes se quedaron junto al pueblo, pese a recibir bolas de barro. (Fotos: Gtres/ José Miguel Fernández)

La dedicación de Fernández por su profesión y su voluntad por querer mostrar al resto de los compatriotas lo que pasaba en Paiporta, finalmente tuvo sus frutos: el fotógrafo consiguió la histórica imagen de una Reina Letizia sobrepasada por la situación, sin poder articular palabra, con el rostro lleno de fango -y también sus lágrimas manchadas por el barro- y dando su mano a aquellos que, desde el suelo, le rogaban ayuda y consuelo.

Pese a los nervios del momento, una seguridad desbordada y sin recursos, la concentración de personas que rodeaban a los Reyes y los insultos, la cámara de José Miguel -empañada también de barro y agua por las agresiones que recibió-, consiguió que todos los españoles fueran conscientes del terror que se vivió y comparte detalles que muestran la gravedad de lo que estaba ocurriendo y el riesgo que decidieron correr don Felipe y doña Letizia: «La Guardia Civil vino corriendo, formó un cordón de seguridad y ya no se distinguió quiénes éramos prensa de los que no. Hubo muchos gritos, mucho miedo. Nunca se había vivido algo así, una vez encendida la mecha, lo pagamos todos».

Durante esta jornada, que pasará a la historia, los Reyes se mantuvieron firmes y cercanos con el pueblo. (Fotos: Gtres/ José Miguel Fernández)

Durante esta jornada, que pasará a la historia, los Reyes se mantuvieron firmes y cercanos con el pueblo. (Fotos: Gtres/ José Miguel Fernández)

Aquel 3 de noviembre pagaron justos por pecadores. Durante aquellos minutos, que parecieron horas, -y mientras que Sánchez probablemente ya estuviera al bordo del Falcon-, algunos valientes, como Fernández, se jugaron incluso su propia vida para que los españoles entendieran la aflicción de los Valencianos. «Encendieron la mecha unos. Luego contagiaron la indignación a la gente damnificada que tenía esa rabia», concluye el fotógrafo, que con la voz entrecortada, ha revivido la tensión, los nervios y el miedo de un día que formará parte de la historia.

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