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Kiko Rivera ha pasado por quirófano. Lo ha desvelado él mismo a través de sus redes sociales, en la que ha colgado unas stories en las que aparece en un hospital, con una vía en la mano y anunciado que iba a ser operado. Si al principio se desconocía el motivo por el que el hijo de Isabel Pantoja ha sido intervenido, finalmente se ha conocido que se trataba de una cuestión «estética leve». Así lo ha asegurado Kiko Hernández en ‘Sálvame’, explicando que el joven «se ha hecho un ajuste del botón de la banda gástrica».
La lucha del hermano de Francisco y Cayetano Rivera con los kilos viene de largo. Hace unos años, en 2016, el artista se puso una banda gástrica con la que perdió cerca de 30 kilos. Pero los últimos meses han sido muy convulsos para el marido de Irene Rosales, que ha reconocido en numerosas ocasiones no sentirse feliz con su subida de peso. Dieta eventual y deporte en casa eran los recursos con los que Kiko estaba intentando recuperar aquella silueta de la que tanto presumió en su momento, pero podría no haber sido suficiente para él.
Parece evidente que el entorno de Kiko estaba al tanto de que esta intervención iba a tener lugar, pero es más que probable que Isabel Pantoja se haya enterado de la operación de su hijo debido a las redes sociales y los medios de comunicación. La relación entre la cantante y su pequeño del alma está más fría que nunca, cuando se acaba de cumplir un año del trágico día en el que su relación saltó por los aires para siempre.
Isabel Pantoja se ha quedado sola y Kiko ha sufrido la pérdida de su prima Anabel. Aunque entre los primos la cosa podría no estar del todo perdida, la boda de la andaluza está cada vez más cerca sin que el que iba a ser el padrino de muestra alguna de querer llevarla del brazo hasta el altar. En su última entrevista Irene Rosales aún mantenía la esperanza de que las cosas pudieran solucionarse entre ellos, algo que ya se descarta por completo entre madre e hijo en el entorno de ambos.
La demanda que puso Kiko a su tío Agustín, en la que Isabel estaba citada a declarar como testigo contra su propio hermano, fue la puntada definitiva entre la viuda y el hijo pequeño de Paquirri. Si bien hasta entonces las acusaciones del músico a su madre habían sido tremendas, no había habido posicionamiento legal alguno. Paquirrín continúa sin mover ficha legal contra quien le dio la vida, pues es consciente del suplicio que fue para su madre verse entre rejas. Pero el posicionamiento de Isabel ya es firme en algo tan serio como las posibles consecuencias legales que su decisión pueda acarrear sobre su hijo. Ella permanece en Cantora, al lado de su hermano Agustín y pendiente de su madre.
Si existe una plaga de ratas en su casa, suma un año más, o su hijo pasa por quirófano parecen ser cosas que, por ahora, no van con ella.